Ceuta y Melilla piden ayuda a la UE frente a los saltos fronterizos
La Guardia Civil afirma que hay 2.000 inmigrantes “en disposición de bajar” para intentar saltar
Los presidentes de Ceuta, Juan Jesús Vivas, y de Melilla, Juan José Imbroda, han acordado este jueves pedir ayuda a la Unión Europea frente la presión migratoria que padecen las dos ciudades autónomas. “La inmigración no es un problema de Ceuta y de Melilla. Es un problema de Europa”, afirmó Imbroda.
Pocas horas antes de que ambos se reunieran en Melilla, más de un millar de subsaharianos intentaron aproximarse a la valla fronteriza, pero fueron contenidos por Marruecos.
El propio coronel jefe de la Guardia Civil, Ambrosio Martín Villaseñor, explicó a los dos presidentes, durante la visita que realizaron al puesto fronterizo de Beni Enzar, cómo había sido esa aproximación. Además, les aseguró que en el monte Gurugú, próximo a Melilla, hay 2.000 inmigrantes “en disposición de bajar” para intentar acceder a la ciudad autónoma.
Vivas e Imbroda reclamaron un pacto de Estado en materia de inmigración, que incluya la revisión y actualización de la vigente Ley de Extranjería para adaptarla a las circunstancias actuales, en referencia a las llamadas devoluciones en caliente —instantáneas— a Marruecos de quienes consigan entrar irregularmente en ambas ciudades.
Ambos expresaron su respaldo a la defensa fronteriza que desarrollan en las dos ciudades la Guardia Civil y la Policía Nacional “en condiciones de extrema dificultad y de mucha presión”, y que ha estado rodeada de polémica tras la muerte de 15 inmigrantes que intentaron entrar a nado en Ceuta el 6 de febrero.
Vivas reclamó que se agilicen los traslados de inmigrantes desde Ceuta y Melilla a la Península, para que los Centros de Estancia Temporal (CETI) de las dos ciudades tengan un número de acogidos equivalente al de su capacidad. Según el presidente ceutí, esta misma idea es “válida” para los centros de menores extranjeros no acompañados, que también sufren las consecuencias de la presión migratoria. En este sentido, Imbroda apuntó que las ciudades autónomas rechazan la ampliación de los CETI, porque los inmigrantes, dijo, “no quieren” quedarse en Ceuta y Melilla, sino salir hacia la Península u otros países de Europa. Vivas fue más lejos y aludió al “ejemplo que dan las dos ciudades de compasión y actitud humanitaria” ante un problema que viven y padecen de cerca.
Dentro de esa política para aliviar los CETI, sobre todo el de Melilla, cuyo número de internos cuadruplica sus plazas, ayer salieron de la ciudad, rumbo a la Península, 60 inmigrantes. Es el segundo traslado que se produce esta semana, después de que el martes salieran otros 60.
La Delegación del Gobierno ha buscado espacios alternativos al CETI por si se produjera una nueva entrada masiva de inmigrantes. Entre los lugares “provisionales” que se barajan y que serían utilizados en “caso de emergencia” figura un antiguo acuartelamiento militar.
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