Doce detenidos en una redada por los disturbios de Melilla
La policía ‘cierra’ el barrio de la cañada de Hidum y realiza registros
La policía lanzó ayer una redada en la Cañada de Hidum, un barrio de Melilla habitado mayoritariamente por musulmanes donde el pasado 10 de enero se produjeron fuertes disturbios que provocaron heridas a 13 agentes del Cuerpo Nacional de Policía. La operación se ha saldado, por ahora, “con un elevado número de detenidos”, más de una docena, y con “la aprehensión de importantes cantidades de estupefacientes”, dinero en metálico y “armas diversas”, según han informado fuentes de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma.
La operación, supervisada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2, se puso en marcha a las nueve de la mañana de ayer para localizar y detener a los presuntos responsables de los disturbios. La violencia estalló tras la publicación del nombre de los vecinos que accederán a los 200 empleos públicos (durante seis meses y con salarios que rondan los 1.000 euros) que ofrecen la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento a través de planes de empleo. Durante los disturbios se levantaron e incendiaron barricadas, hubo disparos y lanzamiento de cócteles mólotov. La Cañada de Hidum es uno de los barrios más conflictivos y marginales de la ciudad.
El dispositivo policial, que seguía en marcha al cierre de esta edición, ha puesto en juego a todas las brigadas de la Jefatura Superior de Policía. “Se han llevado a efecto, por primera vez en Melilla, una serie de registros simultáneos que se han saldado, por ahora, con un elevado número de detenidos”, según una portavoz de la Delegación del Gobierno citada por la agencia Europa Press. Los accesos al barrio han sido cerrados por unidades policiales, para facilitar las detenciones y los registros. De momento no se han producido nuevos incidentes.
La citada fuente ha recordado el compromiso inicial del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, “de promover las acciones y recursos necesarios para que los responsables de los graves disturbios del viernes 10 de enero fueran detenidos y puestos a disposición judicial”.
Los disturbios fueron capitaneados por grupos de jóvenes —e incluso menores encapuchados en algunos casos— y se prolongaron durante más de siete horas. Los participantes, según la citada fuente, “se caracterizaron por la actitud vandálica y de enfrentamiento continuo contra las fuerzas de seguridad, contra las que utilizaron armas —no se descarta que alguna de fuego real—, cócteles mólotov y piedras principalmente”.
Abdelmalik El Barkani ha felicitado a la Jefatura Superior de Policía “por la pulcritud en una operación estudiada y coordinada desde hace días para conseguir su máxima eficacia”.
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