Conmutada la pena a un reo que atropelló a dos hombres

El Consejo de Ministros decidió indultar parcialmente, el pasado 29 de noviembre, al ciudadano colombiano Sixto Mario Arango Durango, condenado en 2006 por la Audiencia de Madrid a dos penas de siete años de cárcel (en total 14 años) por haber atropellado el 26 de agosto de 2001 con su coche, adrede, a dos personas que momentos antes habían estado en un bar regentado por su esposa en Torrejón de Ardoz (Madrid). Los dejó malheridos y sufren secuelas. Fue condenado por dos homicidios en grado de tentativa.

Arango salió del bar Tormes, en la calle de Belgrado, tras una nueva disputa con su esposa Lucingre A. M., y esperó a los dos últimos clientes porque no le gustó la actitud que tuvieron dentro. Según la sentencia, les esperó a la salida, puso en marcha el automóvil y los arrolló cuando estaban en la acera. Los jueces dictaminaron que el atropello no fue fortuito, como defendió el reo en el juicio, sino a propósito. En este caso, la dirección de la cárcel de Ocaña II (Toledo), donde estaba recluido desde octubre de 2009, ha promovido la concesión del perdón debido “a la buena conducta observada en el preso, su evolución favorable y las recompensas recibidas”.

Justicia propuso su indulto parcial (le ha reducido cada condena, ambas de siete años, en cuatro años) porque el propio tribunal que le condenó era partidario de reducirle al menos dos años cada una de las penas, “teniendo en cuenta el buen comportamiento penitenciario del penado, su esfuerzo por reparar el daño causado dentro de sus posibilidades económicas y al hecho de que la pena impuesta podía haber sido inferior de acuerdo con el Código Penal”. Otro argumento de Justicia es que la fiscalía también era favorable a la medida de gracia. El Gobierno supedita el indulto a que el penado acabe de abonar la indemnización impuesta en la sentencia para las víctimas, que sufrieron graves secuelas, y que no vuelva a delinquir en los próximos cinco años.