¿Y ahora qué?
El final definitivo de ETA está al alcance de la mano Es crucial la unidad de Gobierno y partidos ante los ataques revanchistas de la extrema derecha
El líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, en una entrevista al diario La Jornada de México realizada desde la cárcel de Logroño hace dos semanas, insistía a ETA y sus presos que continuaran el proceso unilateral, iniciado hace dos años con el cese definitivo del terrorismo, hasta su disolución. Otegi, según cuentan en su entorno, estaba exasperado por la lentitud de los movimientos de ETA, ya que la izquierda abertzale venía reclamando desde hace más de un año al colectivo de presos la asunción de la legalidad penitenciaria y la reinserción individual, y a la propia banda terrorista, su desarme.
Aunque a muchos observadores les sorprenda, la posición de Otegi coincide en un aspecto fundamental con las exigencias que ahora plantean a ETA los principales partidos —el PNV, el PSOE y el PP, por boca de Iñaki Oyarzábal— tras la aceptación por el colectivo de presos de la banda de la legalidad penitenciaria y la reinserción individual: su desarme y disolución.
Todo apunta a que en las próximas semanas, en enero o febrero, ETA efectuará algún gesto trascendente de desarme como antesala de su disolución. Paralelamente, es previsible que los presos de la banda empiecen a presentar ante las juntas de tratamiento de sus respectivas cárceles sus reclamaciones de reinserción individual, que sería la vía para que puedan acogerse a los beneficios penitenciarios como exige la ley.
El Gobierno vasco, el PNV, el PSOE y el PP coinciden en presionar a los presos de ETA para que pasen de las palabras a los hechos, según se desprende de las declaraciones de ayer de Josu Erkoreka, de Alfredo Pérez Rubalcaba y de Oyarzábal. Todos ellos coinciden en exigir a los presos de ETA que no se queden en la mera retórica y asuman cuanto antes de forma individual la legalidad penitenciaria.
También une a los principales partidos la valoración positiva del paso dado por el colectivo de presos, aunque rechacen con razón su retórica infumable. Iñaki Oyarzábal, en nombre del PP, valora el comunicado de ETA porque “refuerza el camino emprendido por el Gobierno de Rajoy”; del mismo modo que Pérez Rubalcaba destaca que la banda llegó al cese definitivo del terrorismo gracias también a la firmeza del Gobierno socialista, del Estado de derecho y de la sociedad, que abrieron la disensión entre la izquierda abertzale y ETA.
Resulta muy importante, en este momento en que el final definitivo de ETA está al alcance de la mano, la unidad del Gobierno y los principales partidos democráticos para afrontar juntos los ataques revanchistas procedentes de la extrema derecha y del oportunismo político-mediático. Y también que, desde la grandeza y generosidad del Estado de derecho, el Gobierno y los partidos combinen las exigencias a ETA para que se disuelva con una manifestación de la altura moral que siempre les diferenció de los terroristas.
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