Contra el indulto

Los condenados por delitos de corrupción, como el expresidente de Baleares Jaume Matas, recurren cada vez más a la posibilidad de paralizar el cumplimiento de sus penas solicitando un indulto. “El uso que se está haciendo de esto es escandaloso”, proclama el juez decano de Bilbao, Alfonso González-Guija: “Es una vía para dejar sin efecto al Estado de derecho”.

Miguel Pasqual del Riquelme, decano de Murcia, va más allá: “Se conceden indultos carentes de justificación; se producen tratos distintos en casos similares; y, a menudo, hay sospechas de la influencia de intereses espúreos”. Francisco Martínez, decano de Palma, remata: “Muchos cuestionamos la figura del indulto como tal. Es un vestigio de una ley de 1870; hoy en día no tiene razón de ser”.

Son varios los indultos polémicos que se han producido en los últimos años. El Tribunal Supremo anuló en noviembre el que el Gobierno concedió al conductor kamikaze Ramón Jorge Ríos Salgado que, en el año 2003, condujo cinco kilómetros en dirección contraria por la AP-7 y acabó con la vida de un joven de 25 años.

El gobierno del PP indultó en febrero de 2012 a cuatro Mossos d´ Esquadra condenados por tortura; el del PSOE concedió otro polémico indulto al consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz.

En Sevilla, los jueces decanos hablaron del indulto, pero, sobre todo, rechazaron el reparto que los partidos políticos hacen de los asientos en el Consejo General del Poder Judicial. “Traslada a la ciudadanía la imagen de que los jueces están al servicio de los partidos. Ahí estamos dando una imagen desastrosa”, dice Miguel Pasqual del Riquelme.

Carlos Lesmes, presidente del órgano de gobierno de los jueces, asegura no se puede decir que el proceso de elección de vocales “esté en manos de políticos”: Se trata de un sistema mixto, sostiene, en que intervienen los magistrados y la cámara legislativa.

González-Guija se muestra muy claro a este respecto: “La carrera judicial se siente ninguneada por los partidos políticos”.