Rajoy: “Los temores sobre Fukushima son infundados”
El presidente visita la ciudad, a 60 km de la central, el día en que se anuncian nuevas fugas
El deseo de Mariano Rajoy de atraerse a sus huéspedes japoneses le ha llevado hasta la ciudad de Fukushima, a 60 kilómetros de la central protagonista de uno de los mayores accidentes nucleares de la historia, en marzo de 2011. El presidente del Gobierno español ha estado menos de una hora en Fukushima, lo suficiente para inaugurar la exposición de José María Sicilia Flores de Invierno, en la que el artista, presente en el acto, reflexiona sobre la tragedia. Rajoy es el primer dirigente occidental que acude a Fukushima, un gesto político que hasta el emperador Akihito le agradeció cuando lo visitó en el Palacio Imperial el día anterior.
El presidente, que siempre ha apoyado la energía nuclear aunque nunca se había mojado tan claramente, estaba tan lanzado en su afán de agradar los oídos de los responsables japoneses que, en un acto con los llamados "héroes de Fukushima", algunos de los militares que acudieron a la central en el primer momento para frenar la catástrofe, ha llegado a decir que "los temores [sobre Fukushima] son infundados".
Sin embargo, pocas horas antes de que el tren bala condujera a Rajoy a la ciudad desde Tokio, la empresa dueña de la central, Tepco, anunciaba que ha detectado una nueva fuga y que se ha vertido agua radiactiva al mar. En realidad la ciudad en la que ha estado Rajoy, una urbe de 200.000 habitantes que trata de recuperar la normalidad, está lejos del mar sobre el que está la central del mismo nombre. Sin embargo esta casualidad de la coincidencia del anuncio de Tepco -el segundo de este tipo en dos meses- muestra que la situación no está aún controlada.
El propio Sicilia, un artista que lleva meses trabajando en Fukushima, especialmente con niños cercanos a la tragedia, ha dado una visión distinta a la optimista de Rajoy. "El asunto no está ni mucho menos resuelto, como prueban las informaciones que aparecen hoy", explicaba Sicilia tras la inauguración de su exposición.
Rajoy, por el contrario, ofreció la visión más amable antes de volver rápidamente a Tokio para entrevistarse con el primer ministro, Shinzo Abe. "Algunas personas fuera de Japón ligan Fukushima al desastre nuclear y lo pronuncian con temor", ha explicado el presidente. "Es un temor que no hace justicia a los esfuerzos que ha hecho el pueblo japonés para volver a la normalidad, es un temor infundado, y espero que mi presencia contribuya a disipar estos temores".
Rajoy ha querido reivindicar la resistencia del pueblo japonés. "Todos los españoles se han unido al pueblo japonés reconociendo su fortaleza para superar la adversidad tan inesperada y de tales dimensiones. Los héroes de Fukushima, que contuvieron el accidente con grave riesgo para sus vidas y en beneficio de su nación, nos enseñan que no hay nada que el espíritu humano no pueda superar, ningún obstáculo que el trabajo y el sacrificio no puedan dejar atrás". "El pueblo japonés sabrá triunfar contra la adversidad. Y no estarán solos, podrán contar con sus amigos españoles", ha rematado el presidente, en ese afán por agradar en una visita de claro contenido económico, y diseñada con el objetivo de buscar más inversiones japonesas en España, algunas ya concretadas o a punto de hacerlo, especialmente en el sector de automóvil.
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