Cameron eleva el tono de las amenazas por Gibraltar y anuncia medidas legales
El ‘premier’ británico anuncia “acciones sin precedentes” entre socios de la UE Londres ve “políticamente motivados y desproporcionados” los registros en la Verja
El Gobierno británico escaló ayer un peldaño en la crisis diplomática por Gibraltar, al anunciar que está preparando “acciones legales sin precedentes” entre socios de la Unión Europea por las colas que se están produciendo en la verja que separa España de la colonia debido a los controles que realizan las autoridades aduaneras españolas.
El anuncio, realizado por un portavoz de Downing Street, parece la respuesta política del primer ministro David Cameron a las noticias de este fin de semana de que también España prepara acciones legales por el contencioso del Peñón y que incluso está estudiando llevar el asunto al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, haciendo frente común con Argentina, que reclama la soberanía sobre las islas Malvinas, un territorio dependiente de Reino Unido al igual que Gibraltar.
Según el citado portavoz, “es obvio que el primer ministro está muy decepcionado por el hecho de que España no haya suprimido este fin de semana los controles adicionales en la frontera. Ahora estamos sopesando qué acciones legales tenemos ante nosotros. Ese sería un paso sin precedentes por lo que queremos estudiarlo con mucho cuidado antes de tomar la decisión de seguir adelante”, añadió.“Si decidimos seguir esa vía, presionaremos a la UE para que aborde el asunto con carácter de urgencia”, aseguró.
Los controles a la entrada y salida de la verja son un problema que el primer ministro británico creía haber resuelto durante la conversación telefónica que mantuvo la semana pasada con el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy.
Pese al anuncio de este lunes, no está claro qué opciones legales tiene el Reino Unido para denunciar a España. Como territorio británico de Ultramar, Gibraltar forma parte de la Unión, pero ni Reino Unido ni el Peñón forman parte del convenio de Schengen, el espacio europeo sin fronteras, de ahí precisamente que siga habiendo controles fronterizos para entrar o salir de ambos territorios con destino a otro país de la UE.
Londres considera que los controles españoles de estos días son “políticamente motivados y totalmente desproporcionados”. Dos acusaciones muy difíciles de probar, porque España los justifica con el argumento de que se ha detectado un sospechoso incremento del contrabando de tabaco procedente del Peñón y sostiene que esos controles son, además de legales, proporcionados, aleatorios y no discriminatorios.
El Gobierno español, por su parte, recordó ayer al Reino Unido que Naciones Unidas no ha reconocido el derecho de autodeterminación de Gibraltar y subrayó que existen varias resoluciones de la Asamblea General de la ONU —de finales de los años sesenta— que respaldan el derecho a la integridad territorial de España, subrayaron fuentes diplomáticas.
La tensión que viven las relaciones hispano-británicas está provocando una catarata de reacciones en los medios de comunicación británicos, habitualmente ajenos a un contencioso que trae bastante al pairo a la mayoría de la población.
Los artículos en defensa de la presencia británica se suceden estos días. Uno de los más destacados es el del alcalde de Londres y político conservador, Boris Johnson, en su habitual columna de los lunes. “Los españoles tienen que sacar sus manos de la garganta de Gibraltar”, titulaba ayer Johson, quien califica la situación de “infame”. Aunque admite que “quizás sea realmente una coincidencia, como dice el Foreign Office, que hayamos mandado justo ahora una flota de barcos de guerra a Gibraltar”, se felicita de que el portaeronaves HMS Illustrious esté a punto de llegar al Peñón "junto con miles de marines".
Johnson destaca el deseo de los gibraltareños de ser consideraos británicos y asegura que no se cree “ni por un minuto” que la tensión haya sido provocada por Gibraltar “debido a unos pocos bloques de cemento arrojados al mar”.
“Esta no es una discusión sobre pesca. Me temo que esto es una descarada táctica de distracción de Madrid, y aunque sería ridículo comparar al Gobierno de Rajoy con la tiranía del general Galtieri y su invasión de las Malvinas, el envite es más o menos el mismo. El euro es la crisis que afronta el Gobierno español, y no el derecho de los gibraltareños a pescar frente a su propio Peñón”, concluye el muy poco europeísta alcalde.
20 días de tensión creciente
24-25 de julio. Ofensiva de hormigón en el mar. Gibraltar lanza al mar 70 bloques de hormigón con pinchos, de un metro cúbico cada uno, en las inmediaciones de su aeropuerto, para una supuesta protección medioambiental de esa zona marítima. Este hecho imposibilita la actividad pesquera de media docena de barcos españoles.
28 de julio. Retenciones de hasta siete horas en la verja. En respuesta al lanzamiento de los bloques de hormigón al mar, España recrudece los controles en la verja, lo que causa retenciones de hasta siete horas.
2 de agosto. El malestar de Londres. El Foreign Office convoca al embajador español en Londres, Federico Trillo-Figueroa. En ausencia de este, acude el número dos de la legación, Ramón Gandarias, quien escucha las quejas británicas por los controles.
3 de agosto. Margallo: "Se acabó el recreo". El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, declara a Abc que en relación con Gibraltar "se acabó el recreo" y anuncia algunas medidas de presión, como la imposición de una tasa de 50 euros para los vehículos que entren y salgan del Peñón.
5 de agosto. La preocupación de Cameron. El primer ministro británico, David Cameron, expresa su preocupación ante la actitud española con los controles en la verja de Gibraltar. El Gobierno español replica que los mantendrá.
7 de agosto. Dos versiones para una conversación. David Cameron y Mariano Rajoy hablan por teléfono a iniciativa del primero y ofrecen versiones distintas del resultado de la conversación sobre Gibraltar. El primer ministro británico asegura que el español se ha comprometido a rebajar los controles policiales en la frontera. Rajoy lo niega. También hablan los respectivos cancilleres, William Hague y José Manuel García-Margallo.
8 de agosto. La Armada británica, rumbo a Gibraltar. El Ministerio de Defensa del Reino Unido anuncia la próxima visita a Gibraltar de un grupo de combate de su Armada dentro de unas maniobras militares que va a desarrollar en el Mediterráneo. El Gobierno español asegura que estaba al corriente de esas maniobras porque el Reino Unido se lo había comunicado el pasado 4 de junio y, por tanto, no lo considera un gesto hostil relacionado con la crisis.
9 de agosto. Rajoy anuncia medidas legales contra Gibraltar. Rajoy anuncia, tras despachar con el Rey en Palma de Mallorca, que aplicará distintas medidas legales contra Gibraltar hasta que Reino Unido acepte sentarse a negociar con España en una mesa donde también estén presentes las autoridades gibraltareñas y la Junta de Andalucía para resolver las cuestiones medioambientales y pesqueras. Rajoy sugiere que Cameron incumplió un acuerdo alcanzado un año antes sobre esa negociación a cuatro bandas.
10 de agosto. Un conflicto en la ONU con Argentina de aliada. El Ministerio de Asuntos Exteriores estudia llevar el contencioso a los foros internacionales, para lo que sopesa aliarse con Argentina, que ocupa un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y reclama al Reino Unido la soberanía sobre las islas Malvinas. El PSOE asegura que respalda al Gobierno pero advierte del riesgo de "aventuras" y "falsas alianzas" y propone resolver el conflicto en el marco de la Unión Europea.
12 de agosto. La última respuesta británica. Downing Street anuncia "acciones legales sin precedentes" contra España en la UE por los controles en la Verja. "El primer ministro está muy decepcionado por el hecho de que España no ha suprimido este fin de semana los controles adicionales en la frontera", señala un portavoz de Cameron. El Gobierno español replica que los controles son "irrenunciables", pues constituyen una "obligación".
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