El taxista Rachid se suicidó riendo a la cámara
Su mujer, Sanaa, lo reconoció en su última imagen de despedida
La primera víctima de la red desarticulada este viernes en Ceuta fue Rachid Wahbi, un taxista de 33 años, que dejó una viuda de 25 y dos huérfanos de cuatro y seis años por unirse a un grupo de Al Qaeda y luchar contra Bachar el Asad. Se suicidó al volante de un camión bomba que empotró contra un cuartel en Idlib, “causando numerosas bajas”, según el vídeo que recoge la matanza.
Su mujer, Sanaa, lo reconoció en su última imagen de despedida. Vestía uniforme de combate, cubría su cabeza con un turbante negro y sostenía un Kalashnikov. Reía y daba gracias a Alá. Así se despidió el chico que días antes conducía el taxi número 44 de Ceuta.
Luego murió su amigo Mustafá Mohamed Layachi, Piti, de 30; después, Mustafá Mohamed, Tafo, de 24. Todos dijeron que se iban de viaje sin dar más explicaciones. El último, Nordin Abderrayat, un menor de 16 años.
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