Aznar: “Yo no estoy contra nadie, estoy con los españoles”
El expresidente del Gobierno pide "reformar para actualizar el sistema de la Transición"
Nunca una presentación de unas biografías de políticos españoles de la Restauración, del siglo XIX y primer cuarto del XX, había levantado tanta expectación. El presentador de las vivencias y acciones de tres presidentes de España —Antonio Cánovas, Francisco Silvela y Antonio Maura— ha sido José María Aznar, expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación para el Análisis y Estudios Sociales (FAES). Se ha aplicado el expresidente la máxima de que hay que conocer la Historia pasada para entender y afrontar el presente y el futuro. Ante unas 300 personas, la mayoría de ellos del entorno de FAES y pocos de su partido, el expresidente ha hecho un repaso de la España que va desde la Transición hasta nuestros días, además de las principales transformaciones internacionales, sobre todo, la caída del muro de Berlín.
El expresidente ha dado muestras de ser absolutamente consciente de que su entrevista la semana pasada en Antena 3 fue muy mal acogida por el Gobierno de Mariano Rajoy y la mayoría de la dirección del PP. “Yo no estoy contra nadie, estoy con los españoles; no más que nadie, pero no menos que nadie”. Esta precisión la introdujo después de una breve alocución en la que defendió los logros de la Transición y los peligros de que se pierdan. De manera implícita ha pedido a Mariano Rajoy que utilice la mayoría absoluta que tiene en el Parlamento para llevar adelante las reformas que España necesita. Ningún ministro acudió a oír al expresidente.
Hace diez años “el proceso de modernización de España quedó detenido”, ha dicho. Y las consecuencias de las políticas del anterior Gobierno, sin citarlo, “han sido devastadoras”. Para no perder el caudal de lo que España avanzó, a su juicio, antes de la etapa que empezó en 2004 cuando el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero ganó las elecciones, el actual Gobierno de España tiene que hacer invariablemente reformas.
¿Algún consejo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy? Sí, que convoque a los españoles “a un proyecto nacional”, porque “se acierta” cuando se llama a “objetivos comunes”. Para eso tiene la mayoría absoluta. “Los españoles no quieren consumir el legado que tenemos, sino reformar para actualizar y no para impugnar”.
Hoy no se ha extendido ni ha mencionado a qué reformas se refiere en concreto. Ha sido menos expresivo que la semana pasada cuando en Antena 3 consideró erróneas las subidas de impuestos, además de criticar la debilidad del Estado. También en esta presentación ha querido alertar sobre la “debilidad del todo” como si eso fuera a traer más fortaleza de las partes. Todo fueron desgracias en los años pasados. “Hace casi diez años nuestra buena historia se interrumpió. El proceso de modernización de España quedó detenido y se puso en cuestión la Transición con un revisionismo estéril que dividió”. Este ha sido el durísimo juicio que ha hecho de la etapa de Zapatero. Sobre esa base ha planeado los peligros que se ciernen sobre España si no se toman medidas, o mejor, si no hay un proceso de reformas profundas. Y Rajoy tiene la fuerza parlamentaria para hacerla.
“Ahora hay una mayoría social renovada, que rechaza la división y la discordia. Ese mismo deseo lo comparten los españoles y ese es el mandato que salió de las urnas en noviembre de 2011”. Salpicaba Aznar su discurso con alusiones a los biografiados para coger las enseñanzas que la Historia, en este caso desde el pensamiento liberal-conservador. De fondo, se traslucía su visión de las carencias que ahora existen. “La Historia de la Restauración nos enseña que es imprescindible tener instituciones sólidas, que es necesario renovar los objetivos históricos, que la política debe ser un pacto de respeto a la ley”. Rajoy puede y debe hacerlo, según se desprende de su discurso. “En España se acierta cuando se nos convoca a un proyecto nacional que a todos concierne aunque exija renuncias: se acierta cuando se convoca a objetivos comunes”.
No hubo más, aquí quedaron los mensajes que no escuchó en directo ningún miembro del Gobierno de Rajoy, aunque sí el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Luis Ayllón, mano derecha de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el portavoz parlamentario, Alfonso Alonso. Junto a Aznar actuaron de presentadores el diputado Ignacio Astarloa, responsable de Constitución e Instituciones de FAES, y el director de la colección, Manuel Álvarez Tardío. El acto ha sido cerrado por el presidente del Congreso, Jesús Posada, que fue ministro con Aznar, pero que no dudó en señalar que agua pasada no vuelve tras escucharle la semana pasada no descartar su vuelta a la política. Posada, no obstante, alabó la etapa de Gobierno de Aznar, defendió al PP como el gran partido que puede llevar adelante las reformas en España, pero convino en que incluso con mayoría absoluta su partido debía intentar acordar con los demás.
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