El juez concluye los interrogatorios sobre los negocios privados de Urdangarin
Castro indaga entre los responsables de las empresas de Madrid y Barcelona que pagaron al duque
El juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach, que están en proceso de culminar la instrucción del caso Urdangarin, cierran hoy en Barcelona la ronda de interrogatorios que esta semana les ha llevado también a Madrid. El listado de citaciones de testigos incluye apoderados de las empresas y grandes corporaciones que retribuyeron directamente al yerno del Rey. También están citados profesionales que cooperaron con la trama empresarial del Instituto Nóos así como aparentes testaferros en los negocios privados de Iñaki Urdangarin. El juez y el fiscal rastrean además el papel de supuestos empleados ficticios en las sociedades de Noos y de los Duques de Palma.
Los negocios privados con grandes empresas que cerró directamente Iñaki Urdangarin están bajo el bisturí del juez José Castro, instructor del caso Nóos, que hurga por primera vez en las relaciones económicas que el yerno del Rey trabó con compañías particulares. El Instituto Nóos, liderado por el duque de Palma con la ayuda de Diego Torres, se embolsó 4,3 millones de euros de sociedades comerciales, además de los 5,8 obtenidos de sus convenios con Administraciones públicas. Urdangarin cerró tratos como asesor y consejero de una decena de grandes marcas. Ninguno de los muchos empresarios privados que tuvieron acuerdos con Urdangarin y Torres, o solo con el duque formuló acusación contra ellos.
Una parte considerable de los ingresos acumulados por Urdangarin surgió de las aportaciones de esas grandes compañías a las que asesoraba. En el año 2007, el ex jugador de balonmano ingresó más de un millón de euros. El juez Castro, en los interrogatorios a testigos en Madrid y Barcelona, reclamó detalles a los representantes de las empresas de los trabajos remunerados que hizo Urdangarin y quiso conocer los contratos que le ligaban así como las actas de los consejos de los que fue integrante o asesor.
Castro citó a una decena de apoderados de grandes compañías. Entre las 42 empresas que patrocinaron, en 2007, a Urdangarin están Mixta África, que abonó 222.000 euros; Motor Ibérica, 180.000; Motor Press, 185.000; Aceros Bergara, 42.000; Lagardère, 200.000; Seeliger y Conde, 36.000; Altadis, 30.000; Pernod Ricard, 100.000 y Havas Media, 50.000. Los representantes de estas firmas fueron emplazados por el juez a dar cuentas de la relación. Urdangarin, en el mismo 2007 — en el que se le imputa un delito fiscal— consignó como ingresos de renta personal 200.000 euros de Telefónica (en la que trabajó) y 300.000 de Global.
El juez, en un auto de septiembre de 2012, describió que el duque de Palma mantenía “muy diversas y generosamente lucrativas relaciones comerciales con empresas privadas” aunque observó entonces que este apartado no era objeto de su causa.
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