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Torres afirmó que a Urdangarin solo se le pidió que simulara estar fuera de Nóos

El juez resume: "Podía hacer lo que le viniera en gana", sin figurar en los órganos directivos Torres replica: "En esencia, lo que el señor Romero le vino a decir era así" Para Urdangarin fue "muy duro y muy difícil de aceptar" la orden de dejar el Instituto Nóos Se hizo "un simulacro de apartamiento" por "presión mediática y por decir 'ya lo estoy dejando"

Diego Torres, el sábado pasado.
Diego Torres, el sábado pasado.Montserrat T díez (EFE)

El juez José Castro quiso saber el sábado pasado de boca de Diego Torres, exsocio de Iñaki Urdangarin, en qué situación había quedado el duque de Palma después de que la Casa Real, a través de su asesor externo y conde de Fontao, José Manuel Romero, le instase a dejar la presidencia del Instituto Nóos para dedicarse "a otro tipo de actividades". Torres declaró que el duque de Palma fue apartado en marzo de 2006 por la Casa del Rey de los negocios que ambos mantenían con Administraciones públicas, pero solo en apariencia, no realmente. “Don Iñaki seguía detrás de los proyectos y esto tampoco era ajeno [a la Casa del Rey] (...) La recomendación era que se cubrieran las apariencias, pero no que no pudiera estar en la fundación”, explicó Torres en el juzgado, según la transcripción de su declaración a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

Durante el interrogatorio al imputado, el juez quiso hacer un resumen de lo que él creía que había ocurrido tras esa sugerencia real: "Urdangarin podía hacer lo que le viniera en gana, siempre y cuando no figurara en los órganos de administración". Torres le contestó: "En esencia, lo que el señor Romero le vino a decir era así". En las 138 páginas de transcripción literal de las declaraciones de Diego Torres del sábado día 16 consta la versión sobre un supuesto pacto de silencio o el eventual chantaje entre ambos ex socios.

Urdangarin dimitió en marzo de 2006 como presidente del Instituto Nóos, con el que había conseguido contratos y patrocinios por 10 millones de euros tanto de Administraciones públicas como de empresas privadas. El antiguo socio del yerno del Rey aseguró también ante el juez que la infanta Cristina, esposa de Urdangarin, participaba activamente en los negocios de Nóos como miembro de la junta directiva del instituto.

Al interrogar la semana pasada al cerebro del Instituto Nóos, Diego Torres, y a su esposa, Ana María Tejeiro, juez y fiscal intentaron profundizar en el papel que desempeñó la infanta Cristina en la trama y en si la Casa del Rey tuvo alguna implicación en los negocios del duque de Palma. Las preguntas buscaban concretar los indicios y los responsables del escándalo. A la vez, pretendían despejar cualquier duda sobre el trato judicial que se estaba dando a la hija del Rey. Hasta el momento, no han hallado indicios ni datos de que la Infanta participase activamente en la supuesta trama de malversación de caudales y apropiación indebida de fondos públicos. “¿La Infanta cobraba del Instituto Nóos?”, pregunto el fiscal Horrach a Diego Torres. “No, directamente del Instituto Nóos no ha cobrado”.

La Infanta no ha cobrado directamente del Instituto Nóos”

“Para que no parezca que no está [imputada la infanta Cristina] por ser quien es”, dijo el juez en el interrogatorio a Ana Tejeiro, la mujer de Torres, “me ayuden a imputarla (con datos) si es que se tiene que imputar ¿eh?”. Tejeiro contestó: “No puedo decir nada porque no sería justo”. En otro momento de su declaración, la mujer de Torres explica al juez que ella entiende que la infanta sí estaba enterada de lo que pasaba en Nóos.

Diego Torres apuntaló esta tesis: “Tengo montones de comentarios del señor Urdangarin de sus conversaciones con su esposa, sus opiniones y absolutamente de acuerdo en la línea que se estaba tomando se cuidaran las apariencias y que simulara estar fuera de Nóos”.

La princesa Corinna, amiga del Rey que asistió al Summit de Valencia, el primer gran evento organizado por el Instituto Nóos con dinero de la Comunidad Valenciana, también aparece en el acta judicial donde se recoge la declaración íntegra de Diego Torres.

¿Qué pintan la Fundación Laureus y Corinna en todo eso?, preguntó el fiscal. Torres intenta justificar la relación de la Fundación Laureus con los eventos deportivos y después explica el interés por contratar a Urdangarin. Corinna se ofreció a negociar con la fundación un cargo remunerado para Urdangarin por 200.000 euros. Según Torres, Urdangarin rechazó el ofrecimiento porque no quería ser un florero.

Juez y fiscal intentarán determinar hoy si Urdangarin fue ayudado en sus negocios por la Casa del Rey y si la Infanta también colaboró en ese proyecto.

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Torres le contó al juez que para el marido de la Infanta Cristina era "muy duro y muy difícil de aceptar" dejar la presidencia del Instituto Nóos. Según la transcripción entregada hoy a los abogados, Urdangarin, pese a las instrucciones procedentes de la Casa Real, continuó detrás de los proyectos puesto que "seguía teniendo mucho interés en estas actividades". ¿Por qué se hizo entonces "ese simulacro de apartamiento"?, insistió Castro. "Por presión mediática y por decir 'ya lo estoy dejando".

En mitad del interrogatorio, el fiscal anticorrupción Pedro Horrach lanzó esta pregunta a Diego Torres: "¿Usted estaba extorsionando y pidiendo millones a Iñaki Urdangarin y su entorno para autoinculparse y eximirle de responsabilidad?". Diego Torres saltó: “¡Ultrajante! Definitivamente no... Es mentira, absolutamente mentira”. Horrach articuló su interrogatorio al socio de Iñaki Urdangarin, con su estilo, de manera seca. Es un duro amable. A veces introduce preguntas sorpresa, con repreguntas punzantes, que persiguen el efecto sacacorchos, destapar un tema importante que sospecha que se oculta.

Horrach aludió al supuesto precio millonario que supuestamente exigió Torres, en una extorsión a su socio en aras a un posible acuerdo económico, extrajudicial, en el que Torres asumiría las responsabilidad en la causa judicial. "El exsocio de Ignacio Urdangarin negó frontalmente haber actuado así con el yerno del Rey. Fue al revés, dice", recoge el acta judicial, que transcribe este diálogo. Mantuvo, incómodo, la negativa para al final, lanzar su primera 'bomba' dijo. El acta reproduce este diálogo:

Torres: Lo que sí sé es que ha habido personas que se han acercado, a mi abogado, incluso a mí, a hacernos ofertas de este tipo. A mí se me ha ofrecido trabajo y que se me remuneren los honorarios de mi abogado, que no podré pagar en el futuro, a cambio de asumir mayores cuotas de responsabilidad.

Fiscal: ¿Y quien se lo ha ofrecido?

Torres: No sé si es conveniente decir esto, me siento incómodo pero esto... Desgraciadamente a mi me gusta aportar documentos, y esto se me ha dicho verbalmente, pero es absolutamente cierto.

Fiscal: Si no me dice quién es muy difícil ¿no? Es un poco complicado

Torres: Sí, pero…

Fiscal. Porque esto es una especie de tirar balones al aire

Torres: Y no me gusta hablar de estas cosas, podría decir más cosas… pero sin documentos… ha habido aproximaciones a mi abogado. Esta se me ha hecho a mi en presencia de mi abogado en el despacho de mi abogado.

Tengo montones de comentarios de Urdangarin sobre charlas con ella”

Fiscal: Le pregunto ¿quién se la ha hecho? Porque si no es como tirar balones al aire

Torres: Bueno, pues mire, el señor Mario Pascual [abogado de Urdangarin] aquí presente es uno de los que ha hecho, es el que me ha hecho personalmente esta propuesta y yo le he dicho que no, de ninguna manera, por muy desesperado que esté, ni por un puesto de trabajo ni porque me pague al abogado voy a contar algo que no sea cierto.

El imputado quedó pálido, en blanco, el rostro desencajado, según diferentes fuentes. Desconcertó a su defensa y Mario Pascual, habitualmente impertérrito, a la puerta de los juzgados negó la oferta y la escena en el bufete del adversario: "Cada uno se defiende como quiere". Sí reconoció que ambos letrados se han reunido en distintas ocasiones, en sus respectivos despachos.

Las citas entre juristas, hombres buenos y fiscales han existido a lo largo de meses a la búsqueda de un ya casi imposible pacto de defensas y de conformidad para mitigar la acusación y las posibles penas. Algún encuentro tuvo aires de película, en citas ocultas, en habitaciones de hoteles.

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