El extesorero Bárcenas mantiene en vilo al PP
Los secretos que guarda el extesorero forzaron a la dirección del PP a pagarle dos años de sueldo
El futuro del Gobierno y del PP está en manos de Luis Bárcenas, exgerente y extesorero del partido desde 1990. "Bárcenas todavía guarda secretos que pueden tumbar al presidente", cuenta un dirigente veterano del partido. El PP ha pagado al extesorero 200.000 euros anuales en 2011 y 2012 para garantizar su silencio, según interpretan otros cargos populares que asisten perplejos al escándalo.
El hombre encargado de custodiar la caja del PP durante casi 20 años llegó a acumular en un banco suizo una fortuna personal de hasta 22 millones de euros que nunca declaró al fisco ni explicó a su partido.
Y pese a esta conducta reprobable, el presidente Mariano Rajoy, que ascendió a Bárcenas en 2008 de gerente a tesorero, no le ha dedicado ni una sola palabra de censura ni le cita en sus intervenciones públicas.
Bárcenas es el único ex alto cargo del Partido Popular imputado por el caso Gürtel al que la formación conservadora ha premiado en pleno escándalo con un salario de 200.000 euros al año, tres veces más de lo que gana el presidente del Gobierno. El PP ha intentado maquillar este hecho explicando que el pago al extesorero era en concepto de finiquito fraccionado en 24 mensualidades que se había acordado con Bárcenas cuando este solicitó en abril de 2010 su ingreso en el partido y la dirección lo rechazó.
"Nadie quiere ahora hacerse cargo de ese acuerdo vergonzante con Bárcenas para seguir pagándole, aunque solo una persona ha podido autorizarlo: Mariano Rajoy", señala otro dirigente popular.
El extesorero conoce los principales entresijos de la financiación del partido durante los últimos 20 años, sabe de los gastos delicados de la formación conservadora y ha visto en todo este tiempo los distintos pagos que se han hecho a los miembros de la cúpula. Y de todo ese material comprometedor para el futuro del PP y del Gobierno ha dejado constancia el extesorero por escrito.
Luis Bárcenas llevaba una contabilidad paralela en un cuaderno manuscrito, que publicó EL PAÍS el pasado 31 de enero. De ser veraz en todos sus términos, y muchos apuntes han sido ya confirmados por sus beneficiarios, los cuadernos secretos de Bárcenas pondrían bajo sospecha las prácticas del PP, al menos desde que José María Aznar se hizo cargo de esta formación política el 1 de abril de 1990.
Esas anotaciones, escritas por la mano de Bárcenas según todos los peritos calígrafos consultados por los medios de comunicación, dan cuenta de la supuesta financiación ilegal del PP a lo largo del tiempo —con donaciones empresariales que superaban los límites de la Ley de Financiación de Partidos Políticos— y del presunto pago de retribuciones a la cúpula del partido no permitido por la ley pues muchos de los que supuestamente recibieron dinero tenían incompatibilidad por formar parte del Gobierno.
El manuscrito de Bárcenas amenaza la honestidad de empresas constructoras que supuestamente pagaron al partido, algunas de ellas situadas entre las más grandes del país, y de significados líderes políticos, entre ellos los máximos responsables del PP en la actualidad.
Del explosivo manuscrito secreto se empezó a hablar hace tres años, cuando Luis Bárcenas emprendió su particular huida hacia ninguna parte coincidiendo con su imputación por cohecho — supuesto cobro de comisiones ilegales—, blanqueo de capitales y delito fiscal en el caso Gürtel, la trama de corrupción vinculada al PP.
En esa huida, el extesorero y su entorno fueron esparciendo sospechas, supuestamente documentadas, contra algunos de los dirigentes del PP que, según Bárcenas, no le apoyaban lo suficiente pese a lo que sabía de ellos.
Su aparente chantaje llegó a implicar a la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, en supuestos cobros de una comisión pagada por una constructora en agradecimiento por una adjudicación en Toledo en la que la número dos del PP se habría quedado supuestamente con el dinero para comprarse una casa. Cospedal, conocedora del bulo que aireaba Bárcenas en aquellos tiempos, documentó de manera discreta el pago de su casa y todos sus ingresos para demostrar la falacia que manejaba el extesorero para extorsionar al partido.
No era el único objetivo de Bárcenas, inmerso en un proceso judicial donde cada día aparecían nuevos indicios de sus conductas corruptas investigadas por el juez.
El extesorero deslizaba sospechas contra sus compañeros de partido a la vez que seguía gozando de una retribución mensual en el PP y conservaba más de 10 millones de euros en una cuenta en Suiza que nadie conocía. Bárcenas gozaba en el PP de un trato privilegiado pese a que ya estaba imputado por corrupción y había pedido la suspensión de militancia en el partido. Además, seguía disponiendo de secretaría, que llamaba desde la sede de Génova, 13 a otros compañeros en su nombre, y una sala de uso exclusivo en la tercera planta del cuartel general del Partido Popular.
Desde esa posición y aprovechando que su partido de toda la vida llegó al Gobierno en diciembre de 2011, Luis Bárcenas ha intentado presionar todo este tiempo a unos y a otros para buscar una salida a su enredo judicial; ha concertado comidas e intentado trasladar al Gobierno el mensaje de que tenía que mover algunos hilos para que su causa fuera archivada en los tribunales de Justicia, según cuentan algunos en Génova, 13.
Pero todas sus gestiones fueron infructuosas y su situación se complicó cuando la comisión rogatoria enviada a Suiza para buscar cuentas del ex tesorero halló hasta 22 millones de euros que Bárcenas llegó a juntar en un banco.
"A partir de ese momento, mucha gente en el partido perdió la poca confianza que aún tenía en él", señala un alto cargo del partido. A partir de ese momento, el salario que el PP ingresaba mensualmente en la cuenta corriente de Bárcenas se terminó. A partir de ese momento, la Sala Andalucía de la tercera planta de Génova, 13, dejó de recibir las visitas del extesorero. A partir de ese momento, muchos temieron lo peor.
El día que la investigación judicial destapó la fortuna del extesorero, se desató el pánico en el Gobierno y en el partido a que los secretos del millonario trascendieran a la opinión pública.
Bárcenas compatibilizó su trabajo de gerente del PP, por el que recibía uno de los mejores sueldos de toda la organización (más de 8.000 euros netos al mes), con sus negocios privados. Entre ambas ocupaciones, aún tenía tiempo para hacer gestiones políticas con dirigentes del PP a favor de determinadas empresas, según denunció en su día el Gobierno de Esperanza Aguirre en relación con contratos de seguridad que sacaba a concurso la Comunidad de Madrid.
Sus negocios y trabajos privados, al margen del PP, iban desde la compraventa de cuadros —motivo por el que justificó un sospechoso crédito de 330.000 euros que sacó en billetes de 500 de un banco para devolverlo un mes después—, hasta la elaboración de estudios de viabilidad económica financiera para inversiones en plantas de tratamientos de purines o gestor de inversiones en bolsa en un fondo abierto en Suiza que compartía con amigos.
"En 2007, no porque yo sea un genio, sólo con dos operaciones bursátiles generé seis millones de euros de plusvalías", declaró a 13TV para justificar su fortuna en Suiza. "No tenía ninguna incompatibilidad profesional y me he dedicado toda mi vida a hacer negocios, fundamentalmente fuera de España", se justificó.
El gerente y tesorero del PP, el partido hegemónico en España, se dedicaba a hacer negocios mientras manejaba las cuentas y la financiación de la formación conservadora. "Todos confiaban en él pero nadie conocía esos negocios privados de los que habla ahora", afirma un alto cargo del partido.
De su patrimonio multimillonario — "he ganado mi dinero honradamente", ha llegado a declarar — no dio cuenta ni a la Hacienda española ni al Senado, donde ocupó un escaño por Cantabria hasta que lo abandonó en 2010 envuelto en el escándalo. Cuando tuvo que hacer la declaración de bienes como parlamentario, olvidó poner todas sus inversiones en acciones que tenía a buen recaudo en Suiza.
Cuando le preguntaron en 13TV por este fraude, Bárcenas aludió a que con el enredo judicial en el que se encontraba se había olvidado de declarar a Hacienda todo su patrimonio en el extranjero: "Sinceramente, en la vorágine de algo en lo que yo nunca esperé encontrarme que fue el caso Gürtel tiene que comprender que los acontecimientos me desbordaron". Tanto le desbordaron los acontecimientos que ahora se enfrenta a un grave delito fiscal que él mismo reconoce.
Acorralado por la investigación judicial, el hombre que ocupó un cargo estratégico en el PP durante 18 años mantiene en vilo al Gobierno de Rajoy. De momento, Bárcenas cumple con el argumentario del PP y niega cualquier ilegalidad en la financiación del partido. Aunque no tiene nada que ver con el PP desde 2009, según repiten los máximos dirigentes del partido, cobró una nómina de 200.000 euros anuales en 2011 y 2012, el precio de un silencio que sostiene a un Gobierno.
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