Ningún cargo del partido asume la responsabilidad del acuerdo con Bárcenas
Los populares se niegan a aclarar quién lo firmó ni quién lo autorizó Las tensiones internas vuelven a aflorar ante la gestión del ‘caso Bárcenas’
El PP se cerró en banda ante la publicación del acuerdo que alcanzó en 2010 con Luis Bárcenas, mediante el cual no solo le pagaba un finiquito de al menos 400.000 euros prorrateado en pagos mensuales hasta diciembre de 2012, sino que además le pagaba la Seguridad Social. Después del comunicado en el que confirmaba la existencia de este acuerdo, a primera hora de la mañana, el PP no quiso entrar a ninguno de los detalles. Hasta el punto de que nadie, ni de la dirección política ni de la gerencia, se hace oficialmente responsable de la firma de ese acuerdo en 2010. Parece una especie de misterio, un pacto que nadie sabe quién alcanzó con Bárcenas y que tampoco está claro quién autorizó.
El entorno del extesorero asegura que él llegó a ese acuerdo con la secretaria general, Dolores de Cospedal. Pero distintas fuentes del partido aseguran que eso no fue así. Y añaden, además, que no sería posible que eso hubiera sucedido así, dada la pésima relación que ambos mantenían. Cospedal, que es secretaria general del PP desde 2008, chocó casi desde el principio con Bárcenas. Y sobre todo quiso echarlo inmediatamente en cuanto se publicó su implicación en el caso Gürtel. Pero Mariano Rajoy lo protegió y aguantó varios meses en ese puesto y casi un año y medio hasta que dimitió como senador.
Otras fuentes apuntan que este asunto quedó en manos directamente del equipo de gestión. Pero tampoco este lo asume. Fuentes conocedoras de la labor de Cristóbal Páez, entonces gerente, descartan que él firmara este asunto ni que lo gestionara. El entorno de José Manuel Romay Beccaria, entonces tesorero, señala que él tampoco fue el responsable de este acuerdo y no recuerda haber firmado nada. El misterio por tanto no para de crecer, mientras oficialmente no se da ninguna respuesta sobre los detalles del acuerdo y cómo se fraguó. “Nos remitimos al comunicado”, fue la única respuesta oficial durante todo el día. Pero en ese texto no se explica quién lo acordó. El PP tampoco se mostró ayer dispuesto a ofrecer a la prensa el acuerdo firmado con Bárcenas.
A partir de ahí, entra en acción también la guerra interna latente en un partido que no ha superado aún sus divisiones entre dos sectores: los cospedalistas, que se han hecho con el control de buena parte de la dirección, y los dirigentes más cercanos a Javier Arenas, histórico hombre fuerte del partido, y antes a Ana Mato, de su equipo en el PP.
De ese enfrentamiento latente surgían ayer en los círculos del PP especulaciones sobre la responsabilidad real del acuerdo con Bárcenas. Tanto Arenas como Mato mantenían entonces una buena relación con el extesorero, mientras el enfrentamiento con Cospedal era muy conocido. Por tanto, algunos atribuían la gestión al tándem Arenas-Mato. Pero el entorno de estos dos dirigentes lo desmentía tajantemente. Ni lo negociaron, ni lo pactaron, ni mucho menos podían firmarlo porque en absoluto estaba entre sus atribuciones. Ellos nunca se encargaron de cuestiones de dinero, era algo que correspondía a la gerencia, supervisada por la secretaría general.
Entonces, ¿quién estuvo detrás de un acuerdo del que prácticamente nadie en el PP dice saber nada hasta que lo publicó EL PAÍS? Es una pregunta de momento sin respuesta oficial y con muchas contradicciones en las respuestas oficiosas.
¿Y el principal responsable del PP entonces y ahora, Mariano Rajoy? Tampoco se puede saber cuándo conoció este acuerdo ni si dio su visto bueno. No hay respuesta. A la mayoría de los dirigentes consultados les parece evidente que un asunto tan delicado que afectaba a Bárcenas, un hombre que ya en 2010, cuando aún no se sabía que tenía 22 millones en Suiza, era una bomba explosiva para el PP, solo podía hacerse con el conocimiento del presidente. Sin embargo, en el equipo del líder del PP aseguran que él nunca se encargó de este tipo de cuestiones y que eso se llevaba en la gerencia sin darle cuenta.
La sensación generalizada es de una cierta estupefacción. Ninguno de los consultados entiende por qué, si el PP tenía esta relación oculta con Bárcenas, no se hizo pública hace semanas, cuando estalló de nuevo el escándalo por las cuentas en Suiza del extesorero. La sensación de que la dirección esperó y confió en que los medios de comunicación nunca descubrieran que el PP pagaba la Seguridad Social de Bárcenas hasta diciembre de 2012 era generalizada entre los dirigentes. Y nadie entendía por qué se optó por esa estrategia de ocultación precisamente ahora que Rajoy presume todos los días de transparencia y ha publicado sus declaraciones de la renta desde 2003.
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