El PP pagó a Bárcenas una cantidad fija al mes hasta diciembre de 2012
El partido le pagó la Seguridad Social y 400.000 euros de finiquito prorrateados En 2010 negoció con el partido que le abonaran su finiquito mes a mes Acudía a la sede y tenía una sala para él hasta el pasado 16 de enero Confirmó al fiscal la semana pasada que el PP aún le pagó en 2011 y 2012
El PP insiste en que Luis Bárcenas se desvinculó del partido en 2009, cuando dejó temporalmente el puesto de tesorero nacional. Pero Bárcenas no solo tuvo un trato preferente hasta hace un mes, con una sala para sus documentos, entrada libre en Génova 13 y una secretaria en el partido que seguía llamando por él. Además, siguió recibiendo mensualmente una cantidad del PP hasta hace menos de dos meses, a finales de 2012. El partido le pagaba cada mes ese dinero y además se hacía cargo de su cobertura de la Seguridad Social. Es lo que pactaron en abril de 2010 Bárcenas y la dirección del partido, en una decisión que solo podía tomarse con el consentimiento de Rajoy.
El extesorero abandonó entonces, un año y medio después de que estallara el escándalo Gürtel, la militancia en el PP y su acta de senador. Se quedó sin sueldo público, y pidió reincorporarse al partido como empleado de la casa en la que entró siendo aún AP, según fuentes del PP. Se pactó entonces con él un despido improcedente, por una cantidad de al menos 400.000 euros, según las mismas fuentes, y Bárcenas pidió que no se la pagaran de un golpe sino que se la dieran poco a poco todos los meses hasta diciembre de 2012 y además que el PP se hiciera cargo de sus costes de Seguridad Social. Y el partido aceptó, de manera que el extesorero ha estado vinculado directamente a esta formación política hasta pocos días antes de que se conociera que tenía una cuenta en Suiza con 22 millones de euros, el pasado 16 de enero. El PP asegura que fue solo un finiquito prorrateado y que Bárcenas no realizó ninguna labor para el PP desde 2010, cuando se negoció su salida.
El propio Bárcenas informó de esta situación la semana pasada al fiscal Antonio Romeral, de la Fiscalía Anticorrupción, cuando le llamaron a declarar en la investigación abierta tras la publicación en EL PAÍS de los papeles del extesorero. En medio de este interrogatorio, que duró unas tres horas, el fiscal quiso saber detalles de la relación laboral de Bárcenas con el PP. El extesorero explicó entonces que había dejado el partido en 2010 pero que siguieron pagándole en 2011 y 2012 en concepto de una especie de finiquito prorrateado. Esto es, el PP siguió pagándole en privado y sin informar a nadie y dejándole que estuviera constantemente en la sede mientras en público trataba de trasladar la imagen de que había roto totalmente con él.
Algo parecido sucedió en 2010, cuando el PP, siempre de forma secreta, pactó con Bárcenas que seguiría pagándole el abogado mucho después de haber dejado teóricamente de ser tesorero. Es un trato especial que solo tuvo él. El PP mantuvo este privilegio, con la opinión en contra de Dolores de Cospedal, hasta que EL PAÍS publicó en febrero de 2010 que el partido se estaba haciendo cargo de la carísima defensa de su extesorero, dirigida por Miguel Bajo, uno de los abogados más prestigiosos de Madrid. Entonces Cospedal decidió cortar también eso, y unos meses después, en abril, Bárcenas anunció en un comunicado que desde ese momento se pagaba el abogado de su bolsillo, aunque después hubo algún enfrentamiento con la secretaria general para que le pagara la parte anterior.
Aun así, Bárcenas siguió disfrutando de un espacio, la sala Andalucía, reservada en exclusiva para él. Dos años y medio después de haber abandonado teóricamente el partido, el extesorero seguía acudiendo con frecuencia a la sede de Génova 13, donde hablaba con varios dirigentes y trataba de presionar para favorecer su situación procesal. La presencia de Bárcenas en la sede fue constante hasta que, el pasado 16 de enero, se supo que había llegado a tener hasta 22 millones de euros en Suiza. Ese día Bárcenas dejó de acudir a la sede y no se le ha vuelto a ver por allí. Cospedal ha sido muy dura con él en público, pero Mariano Rajoy no le ha criticado en ningún momento y ni siquiera ha pronunciado su nombre.
Las relaciones de Bárcenas con el PP han sido un problema para Rajoy desde que estalló el caso Gürtel. El presidente se resistió todo lo posible a destituir a su tesorero. Mientras otros dirigentes implicados caían, en especial los que estaban en Madrid a las órdenes de Esperanza Aguirre, muy tocada por el escándalo en un primer momento, Rajoy mantenía contra viento y marea a Bárcenas. Finalmente, tuvo que forzar que dejara de ser tesorero en julio de 2009. Pero el comunicado dejaba claro que era de forma “temporal” y Rajoy aseguró en esos días que “nadie” podría “probar que Bárcenas no es inocente”.
Lo mantuvo como senador otro año entero, hasta que el extesorero, harto de la presión, de los fotógrafos a diario en la puerta de su casa, y convencido de que con el juez Antonio Pedreira, del Superior de Madrid, le iría mejor que en el Tribunal Supremo, decidió dimitir. Aún así la relación de Bárcenas y Rajoy siempre fue estrecha. El extesorero se enfrentó con Cospedal, pero siempre consideró que Rajoy le había tratado bien.
Esta actitud cautelosa del presidente con un hombre cuya trayectoria ha indignado a dirigentes y militantes del PP ha generado muchas críticas internas. Aguirre, por ejemplo, ha pedido abiertamente que el PP se querelle contra Bárcenas y que le ataque.
El despido fulminante de Jesús Sepúlveda, otro imputado en Gürtel, que también ha llegado solo después de que la prensa diera a conocer su situación y se generara una importante presión social, ha hecho que muchos trabajadores de la casa y dirigentes intermedios se pregunten qué relación laboral tiene Bárcenas con el PP. El partido nunca ha comunicado en realidad oficialmente su despido ni mucho menos las condiciones que se han alcanzado con él. Todo lo que rodea a la relación de extesorero con el partido en el que lo fue todo -venía de AP y buena parte de los trabajadores actuales firmaron con él su contrato, porque llevaba 18 años de gerente antes de ser nombrado tesorero en 2008- ha estado siempre envuelto en un gran misterio.
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