La contabilidad oficial del PP registró más de 40 millones en donaciones
Las aportaciones anónimas supusieron más del 70% del dinero recaudado Durante años el Tribunal de Cuentas se quejó de la escasa información del PP
Luis Bárcenas, exgerente y extesorero del PP, manejó entre 1992 y 2008 más de 40 millones de euros recibidos por el partido en concepto de donativos anónimos y de personas físicas y jurídicas. Esta cantidad es la que refleja la contabilidad oficial del partido, que está siendo auditada tras las sospechas de supuestas entregas de dinero y que fue remitida al Tribunal de Cuentas, organismo encargado de fiscalizar la contabilidad de los partidos políticos.
Los donativos anónimos al PP y a otros partidos son el secreto mejor guardado por las formaciones y solo sus gerentes y tesoreros conocen la identidad de los donantes y las posibles contraprestaciones. Todos han funcionado con una caja en la que se registraban ayudas de empresarios, constructores y promotores afines, según reconocen varios exresponsables consultados de distintos partidos.
La caja con ese tipo de registros del PP es la más grande porque este partido batió entre 1992 y 2007 todos los récords en la recaudación de donativos anónimos: 28 millones de euros frente a 20 de CDC; 18,7 de PNV; 14,9 de Unió; 5,6 del PSOE o 1,4 del PSC (ver gráfico), según los datos remitidos al Tribunal de Cuentas. Los anónimos en el PP suponían el 71% de los 39 millones que recibió contando también las donaciones de personas físicas y jurídicas. En el caso de PNV y CiU el porcentaje es aún mayor.
Desde 1990, Bárcenas ayudó al tesorero Álvaro Lapuerta en la tarea más confidencial de las finanzas del partido: la gestión de esta caja de donaciones anónimas y personales que no puede superar el 10% del presupuesto del partido, según establece la ley. Como gerente del PP, Bárcenas era el encargado de recepcionar los donativos anónimos que recibía el partido y de anotar las identidades de sus benefactores, que guarda con celo en su contabilidad personal revelada por este periódico. El extesorero se entrevistó con decenas de empresarios que pagaron al PP y con algunos llegó a estrechar lazos de amistad. “Bárcenas era nuestro contacto cuando queríamos donar. A veces venían ellos a nosotros a pedir y no al revés”, asegura un destacado empresario que pide el anonimato.
Hasta la supresión de los donativos anónimos en 2007 con una nueva Ley Orgánica de Financiación de Partidos, la opacidad de esas donaciones, cuya cuantía no podía superar los 60.000 euros por donante, era total. La ley ya obligaba entonces a comunicar al Tribunal de Cuentas los donativos entregados por las personas físicas o jurídicas. Pero los nombres de estos donantes o sociedades no aparecen reflejados en los informes de este organismo fiscalizador, que los guarda bajo “custodia”, según asegura un portavoz. Un 70% de los donativos que aparecen reflejados en la contabilidad de Lapuerta y Bárcenas superan los topes que marcaba la ley. La actual norma, de 2012, establece un límite de 100.000 euros para cada donante y la prohibición expresa de recibir dinero de empresas que trabajen para la Administración, una condición que también existía en la anterior.
El Tribunal de Cuentas está obligado a chequear que esas personas o sociedades han sido en realidad los donantes. En ocasiones los técnicos han descubierto que no era así, pero nunca se han hecho públicas las irregularidades descubiertas ni los partidos afectados. Durante años el tribunal se ha quejado de la negativa del PP a aportar los acuerdos de algunas compañías que donaban. El celo del tribunal en la custodia de la identidad de los donantes es absoluto. Incluso ha declinado facilitarlos a un juez que los solicitó en un caso de financiación ilegal. Los partidos son los que se reparten los nombramientos de los consejeros que integran este organismo fiscalizador que emite sus informes con cinco años de retraso.
El último ejercicio auditado por el órgano fiscalizador ha sido el de 2007. EL PAÍS ha pedido a los partidos información sobre los donativos nominales recibidos desde entonces y todos han respondido menos PP y PNV, dos de los que más recaudan. El PNV no da cifras, pero asegura que en 2008 no recibió ninguno; en 2009 el 0,14% de su presupuesto; en 2010 el 0,27, y en 2009, el 0,92. A la pregunta de cuál es su presupuesto no responde. En 2008, año en el que Bárcenas fue nombrado tesorero, el PP recibió cerca de 3 millones de euros en donativos nominales, según una fuente oficiosa, por lo que en su larga trayectoria en la gerencia Bárcenas manejó al menos 42 millones.
De los que han respondido a la petición de EL PAÍS, el que más donativos nominales ha recaudado en este periodo sin fiscalizar (2008-2011) ha sido el PSOE (10,3 millones), seguido de Unió (6,7), Convergència (1,09), PSC (69.055 euros) e IU (52.214 euros). Si el PP ha mantenido la tendencia de los años anteriores, su recaudación habrá superado en estos cuatro años los 12 millones.
Los donantes suelen esperar algo a cambio. Xoan Cornide, el gerente del PSOE, lo reconoce: “No puedo negar que alguien te dice: ‘Espero que...’. En el juego de las insinuaciones lo que quieras, pero hacemos oídos sordos. De todas formas no existe cultura de donación al partido”. Antoni Isaac, el gerente de Unió, asegura que sus donantes se resisten cada vez más a ser identificados. “Te dicen que si el voto es secreto la aportación también debe ser secreta. Les ofreces un recibí tributario y tampoco quieren. No sé si está vinculado al sentido catalán o no. Todos son muy celosos de su intimidad”. Francesc Sánchez, coordinador de CDC asegura que las cuotas de sus 50.000 militantes cubren el 31% de su presupuesto y define a sus donantes como comerciantes, pequeños empresarios y profesionales.
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