Una fortuna injustificable de origen poco conocido

Luis Bárcenas siempre tuvo un sueldo muy alto en el PP. De los más altos: llegó a cobrar tres veces más que un presidente del Gobierno. Pero aun así era insuficiente para acumular 22 millones de euros y evadirlos a Suiza, donde tenía una cuenta con esa cantidad a nombre de una sociedad domiciliada en Panamá.

Cuando los gestores del banco donde depositó los 22 millones le preguntaron a qué se dedicaba, Bárcenas contestó que a la compraventa de cuadros y a la promoción inmobiliaria.

En su partido desconocían esta actividad mercantil paralela de su gerente y tesorero. El sueldo del PP, unos 200.000 euros al año de media, no llegaba para acumular 22 millones de euros. Y sus deudas hipotecarias tampoco le permitían ahorrar mucho dinero de la nómina de Génova 13.

Sus declaraciones de la renta tampoco ofrecen pruebas de cómo pudo Bárcenas acumular esa fortuna, más bien todo lo contrario. Había años en que su declaración —conjunta con su mujer, que no tenía trabajo— le salía a devolver.

Sus declaraciones de bienes en el Senado (2004 y 2008) y sus explicaciones al Tribunal Supremo sobre sus operaciones inmobiliarias dan cuenta de un patrimonio importante, pero no escandaloso: un apartamento en Guadalmina, una vivienda en Baqueira Beret, su residencia habitual en uno de los barrios caros de Madrid y tres plazas de garaje, además de una cartera no demasiado voluminosa de acciones de Abertis, Endesa, Red Eléctrica y Telefónica.

Desde que estalló el caso Gürtel, la investigación judicial y policial ha acumulado múltiples indicios contra Bárcenas, pero hasta ahora no había descubierto grandes fuentes de ingresos del extesorero.

En el sumario se da cuenta de un trabajo de asesoría para un amigo al que cobró casi 50.000 euros; también se cita una sociedad que creó junto a otros compañeros del partido y que supuestamente no había tenido actividad; y una operación de compraventa de un cuadro en la que había ganado más de 500.000 euros, que no declaró porque la ley le amparaba, debido al tiempo pasado entre la compra y la venta, y poco más.

Incluso lo ganado supuestamente con las comisiones ilegales que le pagaba la red Gürtel apenas sumaba el millón de euros, según los apuntes de la caja b de Francisco Correa.

El jefe de la red corrupta presumió ante uno de sus colaboradores de que había llevado a la casa de Bárcenas y al partido “1.000 millones de pesetas” de adjudicaciones de obras del Ministerio de Fomento. Aunque se hubiera quedado con todo ese dinero, del que no existe rastro documental en la causa, tampoco llegaría a la fortuna que acumuló en Suiza.

Los abogados de Bárcenas han negado que los 22 millones de la cuenta secreta tengan relación alguna con el caso Gürtel, explicando que venían de muchos años antes y que no eran todos suyos sino de unos socios que confiaban en él para mover sus fondos.

Aún así, Bárcenas ha regularizado supuestamente 10 millones de euros aprovechando la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno del PP. Una cantidad muy superior a todo lo que, según su historial tributario y patrimonial, tenía de origen conocido el extesorero del PP.

La cuenta suiza de Bárcenas ha sorprendido a todos en el partido y ha desencadenado todo tipo de sospechas sobre su origen. Como gerente primero y como tesorero después, Bárcenas controlaba directamente todos los ingresos extraordinarios del partido a través de donaciones de empresas y otras fuentes de financiación.

Cuando estalló el caso Gürtel, Bárcenas se atrincheró en su cargo de tesorero durante unos meses, antes de dimitir. Un día llegó a la sede del partido y se llevó nueve cajas con documentos cuyo contenido solo él conocía. Durante un tiempo, amenazó con airear informaciones delicadas si el partido no le protegía en el proceso judicial.