Lo que esconden las caras del 25-N

Cataluña celebró hace una semana las elecciones más cruciales de su historia, tras el órdago soberanista lanzado por el presidente Artur Mas en favor del Estado propio. Contra todo pronóstico, CiU no logró la mayoría excepcional que reclamaba y las urnas configuraron el Parlamento catalán más fragmentado en 10 legislaturas. El psicólogo Victor Amat, miembro del Colegio de Psicólogos de Cataluña y experto en neurolingüística, analiza los gestos y las expresiones en las imágenes de las siete candidaturas cuando valoraban los resultados de sus respectivos partidos.

ARTUR MAS. Convergència i Unió

La expresión facial de Artur Mas refleja un absoluto desconcierto. Hay cierta asimetría facial que indica ese estupor. El traje, de corte serio, es muy ajustado a su imagen, con una buena elección de colores y una corbata acertada, que pretenden transmitir la imagen de un hombre centrado, serio, en el que se puede confiar. Sin embargo, hay una cierta incongruencia entre la imagen que pretende transmitir con la ropa y la que atisba en el corte de pelo y las gafas, mucho más clásicas. El cerebro humano reacciona con fuerza ante esas, en apariencia, incongruencias. Se genera una sensación de que algo no acaba de cuadrar, lo que lleva a generar desconfianza. La fotografía nos muestra otras figuras, que son un poema. El rictus de Josep Antoni Duran Lleida trasluce su estado de ánimo. Mas, con el ceño levemente fruncido, tiene un aire ausente, como aquel que piensa: “Y ahora, ¿qué?”. También el lema La voluntat d’un poble es demasiado grandilocuente y nos remite al líder mesiánico que tanta desconfianza genera entre el electorado (de 62 a 50 escaños). Núria de Gispert, presidenta del Parlamento catalán, expresa su desesperación escudada en ese gesto de su mano, tapándose la cara. La acción de mesarse los cabellos lleva a pensar que siente el resultado como una derrota, como si el camino a la autodeterminación se atisbara, cada vez, más tortuoso.

ORIOL JUNQUERAS. Esquerra Republicana

Un Oriol Junqueras jubiloso es justo lo que le faltaba por mostrar. Junqueras, con su discurso dulce y persuasivo, siempre logra ocultar y suavizar su imagen poco favorable. Mantuvo en la campaña un tono constructivo y lejos del cuerpo a cuerpo, le ha reportado muchos réditos. En el apartado de la imagen, nada de lo que se hizo pareció ayudarlo. Mas bien al contrario: ha luchado contra su imagen, contra la asimetría de su rostro. Sus trajes, nunca parecen ajustársele, y su expresión no verbal es poco fluida. Sus manos y brazos tienen movimientos de viejo profesor, pero, insisto, su registro de voz es muy bueno. Tiene el tono acertado, las palabras justas y el ritmo adecuado de la voz. El puño levantado nos indica al vencedor en el último round, al filo de la campana (de 10 a 21 escaños).

PERE NAVARRO. Partit dels Socialistes

Es el vivo gesto de la decepción. El rictus de sus músculos alrededor de la boca nos muestra la imagen del que se sacrifica. Elige un traje muy plano, cosa que le ha acompañado a lo largo de la campaña, es decir, un perfil plano, sin grandes altibajos que parece transmitir la idea de no querer destacar. La alternativa sensata, tal vez se nos presenta como alternativa un poco anodina. No ha logrado Pere Navarro conectar con el discurso y da la impresión en sus alocuciones de no creer demasiado en sus propias propuestas, ofrece un estilo a lo Montilla, sugiriendo la idea de ser un gestor honesto, pero poco dado a la emocionalidad necesaria para movilizar al electorado. El ahora exalcalde de Terrassa debiera mejorar sus presentaciones en público. Ninguna de las figuras que aparecen en la foto lleva corbata, lo que, en ocasiones, se ve muy forzado. El mensaje: “No queremos que nos confundan con los burgueses”, quizás ya no cala tan hondo como hace 30 años; más bien se puede considerar trasnochado como el propio discurso ofrecido por Navarro durante la campaña (de 28 a 20 escaños).

ALICIA SÁNCHEZ-CAMACHO. Partido Popular

Brindar con cava es un detalle que marca la idea de que el PP sigue siendo un partido para un público burgués, pese a quien pese. El uniforme de campaña de Alicia Sánchez-Camacho fue siempre esa chaqueta azul, acompañada de la sempiterna camiseta blanca. Nos indica una mujer decidida, pero poco dada a la creatividad. Lucha contra su inexpresividad de la zona inferior de su cara, marcada por esa boca que no muestra flexibilidad. También el ritmo vertiginoso de sus alocuciones obliga a un esfuerzo para poder seguirla. Fue la candidata que buscó el cuerpo a cuerpo de manera más acusada, defendiendo su baluarte. Su cuerpo refleja esa tensión muscular que hace que nos alejemos de ella, y que la obliga a forzar la voz de una manera poco elegante. Es probable que en el one to one cuando no necesita defenderse, su presencia sea mucho más agradable. Pero, sin embargo, en su presentación pública esa fisiología tan tensa nos resulta poco tranquilizadora. Jordi Cornet, secretario general del PP catalán, y Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, reflejan su satisfacción, si bien, el ministro luce una forzada sonrisa, su mirada hacia abajo, podría querer indicar un momento de introspección, como expectante ante los sucesos de la noche electoral (de 19 a 18 escaños).

JOAN HERRERA. Iniciativa per Catalunya

También en este caso, la alegría se ve expresada en la relajación muscular de la cara de Joan Herrera (de 10 a 13 escaños). Durante la campaña Herrera se esforzó en aparecer motivado, aunque en ocasiones, solo parecía estar enfadado. Parece estar mucho más suelto en esta imagen, en la que se aprecia la descarga de todas las emociones retenidas. No llevar chaqueta y lucir la camisa levemente arremangada pretende orientarnos hacia la idea de que está dispuesto a trabajar. No lleva reloj ni otros complementos; lo que sugiere la idea de ligereza en el sentido de ser flexible y dispuesto al movimiento. También incide en inocular la presunción de que la imagen no es importante, solo el trabajo eficiente. Obtiene en esta foto, un elevado nivel de congruencia en el que todos los elementos parecen ajustados al lema: “…I tant si podem…”, “Y tanto sí podemos”, que por otro lado está muy bien encajado con su programa. La imagen nos sugiere una disponibilidad que junto al color verde nos proporcionan un camino esperanzador.

ALBERT RIVERA. Ciutadans

Es la imagen de la sorpresa en positivo. Rivera lanza un beso para mostrar su agradecimiento tras el éxito electoral. Le ampara una ola de energía creada por sus correligionarios. Muestra la relajación del que se sabe ganador en comparación con sus expectativas electorales (pasa de 3 a 9 diputados). El traje, de corte muy moderno, refleja la idea de que Rivera quiere estar al día. La corbata estrecha le confiere un aire fresco, y lleva un pañuelo en la americana muy a lo Guardiola. Tal vez el cuello de la camisa le traiciona al ser un poco grande para la ocasión. Sin embargo, la imagen de Rivera es la de un hombre que parece cómodo dentro de sí mismo. Creo que ese, es precisamente, su punto fuerte. Muestra mucha concordancia entre lo que dice y en el cómo lo dice.

DAVID FERNÁNDEZ. Candidatura d’Unitat Popular

Encarnando un discurso antiestablishment, David Fernández muestra una gran congruencia. Como dice su camiseta en la foto, Reneix de les cendres (Renace de las cenizas, en pequeños caracteres debajo del dibujo de las llamas). De las cenizas del sistema deberá renacer una nueva manera de hacer política (de 0 a 3 escaños). La camiseta está cuidadosamente en línea con los valores que representa el cabeza de lista de la CUP. Su corte de pelo y la barba sin bigote refuerzan su imagen de estar “fuera de la ley”. Sus discursos, a pesar, de que a priori parecieran espontáneos, revelan a un hombre con la lección bien aprendida y sin salirse del tono que le interesa. Estar fuera del Parlamento catalán hasta ahora le concedía esa ventaja, aunque ese crédito deberá refrendarlo con su trabajo en el mismo. De nuevo nos hallamos frente a un personaje congruente imagen-discurso que parecen andar de la mano y logra causar la sensación de que es digno de crédito.

 Victor Amat es Director del Centre de Teràpia Breu de Barcelona.