La dirigente de ETA detenida controlaba armas y explosivos
La cúpula de la banda queda mutilada con el arresto en Francia de Izaskun Lesaka Junto a ella ha sido arrestado Joseba Iturbe, relacionado con el comando que atentó en la T4 Ambos iban armados y se encontraban a 70 kilómetros de Lyon
Era la jefa militar de ETA —ahora responsable de la logística, de las reservas de armas y explosivos—, y uno de los grandes objetivos del Ministerio del Interior. La detención en Francia en la madrugada del domingo de Izaskun Lesaka deja fuera de juego a una de las tres personas que en estos momentos conformaban la dirección de ETA junto a David Pla e Iratxe Sorzábal, que siguen aún en busca y captura. Fueron las tres personas que el 20 de octubre de 2011 leyeron el comunicado que echaba el cierre a más de 40 años de atentados sangrientos de la banda terrorista con el anuncio del cese definitivo de la violencia. A la detenida se le atribuye la redacción de los últimos comunicados de ETA. Cuestión aparte es la de los veteranos miembros de la banda que puedan estar en la sombra decidiendo y asesorando a la actual cúpula.
Lesaka fue arrestada sobre las tres de la madrugada en un modesto apartotel de Mâcon, Le Cours Moreau, a 70 kilómetros al norte de Lyon, por la RAID, unidad de élite de la policía francesa, en una operación de la Dirección Central de Información Interior en colaboración con la Guardia Civil española. Junto a ella fue detenido también Joseba Iturbe, su pareja sentimental y lugarteniente, un miembro de ETA relacionado con el comando que llevó a cabo el atentado de la T-4 del aeropuerto de Barajas que hizo añicos la tregua decretada por la banda en 2006. Lesaka e Iturbe llevaban desde el miércoles en el hotel. Lesaka, muy preocupada por la seguridad y por un posible arresto, cambiaba a menudo de lugar de residencia, viajando por casas rurales y hoteles. Los etarras iban armados cuando fueron arrestados.
Los agentes han hallado tras la operación material informático y un coche robado con matrículas falsas. Horas después de la detención, tras el registro del hotel, la policía olvidó en la calle unas bolsas con objetos de los terroristas, entre ellos una pistola, documentación y un ordenador portátil. La dueña del hotel, al advertir que los periodistas miraban asombrados el contenido de las bolsas, llamó a la policía para que fueran a recogerlas, informa Efe.
Esta vez sí, la considerada por los servicios antiterroristas como la probable responsable militar de ETA, ha sido arrestada. El Ministerio del Interior atribuyó en mayo esta condición a otro miembro de la banda que había sido detenido en Francia, Oroitz Gurruchaga, cuando en realidad no era tal. Lesaka, en cambio, “una de los tres máximos responsables de la banda, una de los tres que conforman el comité ejecutivo de ETA”, según el ministerio, sí era una de las terroristas más buscadas, la manida expresión que se usa tan a menudo que ha dejado de tener sentido, pero que en este caso es cierta.
Su actividad se había reconvertido. Controlaba los zulos, las armas y los depósitos de explosivos
Lesaka era la jefa del aparato militar de una banda terrorista que ya no mata. Por lo tanto, sus actividades se habían reconvertido, especialmente desde el año pasado, cuando ETA decretó el cese de la violencia. Ya no se trataba de organizar atentados dirigiendo a los comandos, sino de controlar las reservas de armas, de explosivos, los zulos, y las actividades de los miembros de la banda que permanecen huidos.
“Desde la declaración de cese de la actividad terrorista y dada la extrema debilidad operativa de la banda, todo el protagonismo de su actividad clandestina recae en el aparato logístico”, señala Interior en un comunicado. “Por ello, la detención de Izaskun Lesaka es clave, porque se acaba con la responsable de la parte más peligrosa de ETA. Bajo su dominio se encuentran actualmente todas las reservas de armas y explosivos de la banda. Ninguno de sus posibles sustitutos tiene ni su experiencia ni su violenta personalidad”.
Lesaka (Pamplona, 1975) procede del entramado Jarrai-Haika-Segi —está vinculada con ese entorno desde su adolescencia—, y llevaba en busca y captura desde 2005, después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional la acusara de colaboración con banda armada. Dos años antes había huido a Francia. Mikel Kabikoitz Carrera, Ata, el último gran general de ETA, detenido en mayo de 2010, e Izaskun Lesaka, ambos de Pamplona, pasaron a la clandestinidad después de la captura de Ibon Fernández Iradi, Susper, cuando las fuerzas de seguridad se incautaron de los papeles con el oganigrama de ETA.
Lesaka entró en el aparato logístico de la banda. Su estrecha relación con Ata la ayudó a ascender en la escala ejecutiva hasta hacerse cargo de la logística como máxima responsable, cuando Ata, a su vez, asumió la jefatura militar de ETA. Tras la detención del gran general, ella se habría hecho cargo de esa función.
No solo era buscada en España. En Francia fue condenada en ausencia en Francia en 2012 a siete años de cárcel por el Tribunal Correccional de París por su relación con un piso franco de ETA en el que se elaboraba pentrita, una de las principales sustancias usadas por ETA en la fabricación de explosivos. En 2007 ya había sido condenada por el mismo tribunal a cuatro años de cárcel por pertenecer al aparato de captación.
La detención de los dos etarras se produce tan solo unos días después del arresto, también en Francia, de Saúl Curto López, que pertenecía al aparato logístico de la banda. Durante 2012 han sido arrestados ya 24 miembros de ETA: 16 en Francia, tres en España y cinco en otros países.
Los principales partidos expresaron este domingo su satisfacción por la importante operación policial. Pero EH Bildu, la segunda fuerza más votada en las elecciones autonómicas vascas del pasado 21 de octubre, condenó “firmemente” los arrestos. La parlamentaria electa Maribi Ugarteburu dijo que las detenciones, a las que calificó de “políticas”, eran “totalmente incomprensibles”.
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