Más de un millar de personas esperan al otro lado de la valla para cruzar a Melilla
La Delegación de Gobierno augura nuevos saltos en los próximos días Se refuerza la seguridad en la frontera con Marruecos con otros 40 agentes de la Guardia Civil
Unas 1.000 personas esperan en la frontera entre España y Marruecos para saltar la alambrada de Melilla y “volverán a intentarlo en los próximos días”. Para tratar de evitarlo, la ciudad autónoma ha reforzado la seguridad en el perímetro de la valla, con la llegada de unos 40 agentes de la Guardia Civil y más medios materiales. Así lo ha explicado el Delegado del Gobierno en la ciudad autónoma, Abdelmalek El Barkani, que se ha referido a la inmigración irregular como “problema” y ha asegurado que los sin papeles que llegan son cada vez más agresivos. En las últimas 48 horas se han producido tres intentos de asaltar la valla, dos de ellos a plena luz del día y en los que han conseguido acceder a la ciudad al menos 120 personas.
Cada año, cuando las temperaturas comienzan a ser más frías, los inmigrantes que se encuentran en los alrededores de la frontera con España tratan de redoblar sus intentos para penetrar en Melilla. Según los datos que maneja la Delegación de Gobierno, en estos momentos son más de un millar de personas las que aguardan al otro lado de la valla. “La mayoría de ellos, engañados por las mafias y en situación de desesperación”, ha señalado Barnaki, para quien los incidentes de estos dos días suponen una “gran presión migratoria”.
Dos grupos del Módulo de Intervención Rápida de la Guardia Civil, el equivalente a los antidisturbios de la policía y compuesto cada uno de ellos por 21 agentes, se encuentran en estos momentos en Melilla para luchar contra esta “avalancha”, tal y como la calificó este martes el Gobierno. Además, un tercer grupo compuesto por el mismo número de personas llegará este mismo miércoles. La presencia de policías y guardias civiles se hace visible en la ciudad durante todo el día, pero sobre todo al caer la noche, a un lado y otro de la alambrada.
Mientras, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes se encuentra desbordado. Hay 853 personas acogidas en unas instalaciones cuya capacidad no supera las 480 plazas. Ese número puede aumentar cuando se registren quienes han saltado la valla en las últimas 48 horas. La Delegación abre la puerta a que algunos de los inmigrantes irregulares que se encuentran en este CETI, cuyo régimen es abierto, puedan ser enviados a los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la península a corto plazo.
El Barnaki ha insistido en la idea de que quienes llegan a la ciudad son cada vez “más violentos” y consiguen saltar la valla, de seis metros de altura, equipados con palos y piedras para amenazar a los guardias civiles. Respecto a las acusaciones que aseguraron haber recibido malos tratos por parte de los agentes españoles tras llegar a suelo melillense este martes, el delegado ha comentado que no le constan estos hechos y ha respaldado la acción de la Guardia Civil. Los agentes “no están para abrir las puertas de la valla”, ha dicho, tras asegurar que “nadie puede acusar de falta de sensibilidad” a las autoridades.
Unos 50 inmigrantes de origen subsahariano intentaron esta madrugada acceder a Melilla saltando la doble valla que separa la ciudad autónoma de Marruecos, pero las fuerzas de seguridad marroquíes repelieron al asalto. La ciudad ha vivido una madrugada de máxima alerta en la valla fronteriza por la presencia de cientos de inmigrantes en las proximidades del perímetro. Según han informado fuentes policiales, la noche ha sido tensa, ya que se han detectado grupos de entre 200 y 300 subsaharianos en las zonas cercanas a la ciudad autónoma. La colaboración de la policía marroquí ha sido clave para abortar los intentos de entrada, según las fuentes. El martes, unos 300 inmigrantes lo intentaron a plena luz del día y alrededor de un centenar lo consiguieron.
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