Un general español aspira a ‘número dos’ de la Agencia Europea de Defensa

España quiere ganar peso en las cúpulas de las organizaciones internacionales de seguridad y defensa, de las que en los últimos años ha estado prácticamente ausente. Para conseguirlo, ha presentado la candidatura del teniente general Juan Carlos Villamía Ugarte como número dos de la Agencia Europea de Defensa (AED), el organismo encargado de impulsar las capacidades militares de la UE y de promover el desarrollo de una auténtica industria europea de armamento. Villamía es director general de Política de Defensa en el departamento dirigido por Pedro Morenés y será sustituido probablemente por el almirante Juan Francisco Martínez Núñez.

La AED fue creada por decisión del Consejo Europeo de 12 julio de 2004, con el objetivo de impulsar la política europea de seguridad y defensa. Forman parte de la misma todos los socios de la UE, con la excepción de Dinamarca. Tiene su sede en Bruselas y cuenta con un presupuesto de unos 30 millones de euros al año, de los que España aporta unos 2,5. Su presidenta es la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, la británica Catherine Ashton, y su directora ejecutiva la francesa Claude-France Arnould.

Heredera de la experiencia de la extinta Unión Europea Occidental (UEO), la AED nació con el propósito de suplir las carencias de la defensa europea y de apoyar a la industria europea de defensa, mediante el impulso a un mercado único de armamento y el fomento de la investigación militar. Se trataba de aprovechar las sinergias entre los presupuestos nacionales y evitar que la fragmentación de las compras y la duplicidad de esfuerzos siguiera ampliando la brecha tecnológica entre las dos orillas de Atlántico.

Las expectativas solo se han cumplido en parte, ya que los países europeos han mantenido al margen de la AED sus principales programas de armamento, incluso los multinacionales. Pese a ello, Defensa considera que la agencia ha puesto en marcha algunos proyectos de interés (como los referidos a futuros sistemas aéreos no tripulados, ciberdefensa, vigilancia marítima o reabastecimiento en vuelo) y, sobre todo, que está llamada a jugar un papel cada vez más importante a medio plazo, como demuestra el hecho de que tanto la OTAN como la UE animan a sus socios a compartir capacidades militares para compensar los severos ajustes presupuestarios.

La candidatura del general Villamía, nacido en Vitoria hace 61 años y ex director de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, responde a este planteamiento. Y al de evitar que la industria española se vea laminada por los intereses de sus competidores franceses, alemanes o británicos, mucho más potentes.

Villamía fue nombrado director general de política de Defensa en noviembre de 2009 por la anterior ministra, Carme Chacón, y su sustitución se enmarca en el goteo de relevos que, sin prisa pero sin pausa, ha abordado el nuevo titular de Defensa. Tras la renovación de la cúpula militar, se ha producido el relevo al frente del Mando de Operaciones y en los segundos escalones de los ejércitos y en breve se nombrará al nuevo director general de armamento.

No por esperados estos cambios están exentos de tensiones, pues los ejércitos se han turnado tradicionalmente en estos puestos y algunos creen ver un decaimiento del caqui (del Ejército de Tierra) en favor del blanco (Armada) o el azul (Aire).