El narco Oubiña deberá volver a la cárcel por blanqueo
El tribunal le impone una multa de multa de más de dos millones de euros Le aplica la atenuante de dilaciones indebidas por los retrasos del proceso, que comenzó en 2002 Oubiña salió de la cárcel el pasado 17 de julio después de más de 11 años en prisión
Apenas dos meses ha disfrutado de su libertad el gran capo del narcotráfico gallego Laureano Oubiña. El pasado 17 de julio, Oubiña abandonó la cárcel de Navalcarnero (Madrid) después de haber pasado los últimos 11 años en prisión. Las cosas le pintaban bien al narco en su reciente libertad, porque solo una semana después de su salida de la cárcel fue absuelto de un delito de blanqueo de dinero, al declararse nulas las conversaciones telefónicas que le habían sido intervenidas y que realizaba desde un móvil en prisión. Pero hoy la fortuna parece haberle cambiado: la Audiencia Nacional le ha condenado a cuatro años y siete meses por blanqueo, y le impone una multa de más de dos millones de euros. El destino del narco vuelve a apuntar a la cárcel.
La Audiencia condena a Oubiña, así como a Emilia Cano Carmona y María del Carmen Daponte, dos de las testaferros que utilizó, por un delito de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico. El narco "planeó" junto a su esposa, Esther Lago (fallecida en 2001), “la forma de aflorar y dar apariencia legal a los fondos procedentes de narcotráfico que se encontraban a su disposición”, dice la sentencia. El matrimonio compró una parcela junto al mar en Sanxenxo y adquirió una serie de parcelas en Villagarcía de Arosa. Y ello, “pese a constar acreditado que ni Esther Lago ni Laureano Oubiña percibieron ingreso alguno constatado documentalmente entre los años 1990 y 2000”, añade el tribunal. Sin embargo, a través de dos sociedades y varios testaferros, “adquirieron entre 1998 y 1999 un patrimonio de casi 2 millones de euros”.
La Audiencia rebaja la pena al narco por dilaciones indebidas, dado que la sentencia ha llegado casi diez años después de haberse iniciado el proceso. El tribunal, que absuelve al hijastro de Oubiña, David Pérez Lago, y a otros cuatro acusados en la causa por no encontrar pruebas suficientes contra ellos, acuerda además el comiso de la finca en Sanxenxo (de 2.300 metros cuadrados), de seis fincas en Villagarcía de Arosa y la intervención de varias cuentas bancarias.
Durante el juicio, Oubiña intentó eludir su responsabilidad en la compra de los terrenos porque estaba en la cárcel y fue su mujer quien se encargó de las gestiones. “Nunca me metí en lo que es la casa, ni en fincas, ni hostias", insistió durante el juicio, para después disculparse por su vocabulario. “Es defecto del animal, y el animal en prisión va a peor”, dijo. El tribunal le replica que “estaba al tanto de las mismas y aportaba para su consecución el patrimonio procedente del tráfico de drogas necesario para ello, pues de ninguna otra manera pudieron adquirirse, habida cuenta de sus circunstancias personales de carencia de trabajo y rentas” de la mujer.
Su abogado ha anunciado que recurrirá la sentencia y asegura que no procede su vuelta a la cárcel. El Tribunal Supremo puede ordenar, sin embargo, que ingrese en prisión provisional durante un tiempo igual a la mitad de la pena impuesta, esto es, al menos dos años.
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