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Bermúdez opta al juzgado de Marlaska, su sucesor al frente de la Sala Penal

El expresidente de la Sala Penal solicita el juzgado central número tres o en su caso el cinco El vocal progresista del CGPJ Miguel Carmona también presenta su candidatura

El expresidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez optará a ocupar uno de los juzgados centrales de Instrucción que han quedado vacantes. Bermúdez, que como expresidente de Sala tiene preferencia sobre otros candidatos, quiere quedarse como titular del juzgado número 3, el que dirigía su sucesor en la Sala Penal, Fernando Grande-Marlaska hasta hace un mes. Su segunda opción sería el número cinco, del que era titular Baltasar Garzón hasta su expulsión de la carrera y que ahora ocupa interinamente Pablo Ruz, según fuentes del tribunal.

Otro de los posibles candidatos a ocupar uno de estos dos juzgados es el vocal del Consejo General del Poder Judicial y miembro de la asociación progresista minoritaria Jueces para la Democracia, Miguel Carmona. Fuentes de la Audiencia dan por hecha su candidatura, a falta de confirmación oficial. En caso de obtener una de esas plazas, Carmona quedaría en situación de servicios especiales hasta que termine su mandato en el órgano de gobierno de los jueces, momento en el cual se incorporaría a su nuevo destino.

El plazo para presentar solicitudes al concurso por ambas puestos terminaba hoy, pero el Poder Judicial lo ha ampliado diez días a la espera de que lleguen las candidaturas que hayan podido enviar por correo al órgano de gobierno de los jueces. El acceso a los juzgados centrales de Instrucción es un acto reglado en el que el Consejo no tiene que tomar ninguna decisión. Las plazas se cubren según el escalafón -la antigüedad- de los candidatos.

Sin embargo, la Ley Orgánica del Poder Judicial da prioridad a los que hayan ocupado la presidencia de una sala, como es el caso de Gómez Bermúdez. Su artículo 340 establece que los expresidentes  tienen preferencia durante los dos años siguientes a su cese "a cualquier plaza de su categoría de las que deben proveerse por concurso voluntario no reservada a especialista".

El Consejo se negó a reelegir a Bermúdez como presidente de la Sala Penal el pasado 23 de febrero, cuando Grande-Marlaska resultó nombrado para ese puesto con los votos de los nueve vocales conservadores a los que se sumaron los progresistas Margaritas Robles y Félix Azón. Desde entonces fue asignado a la sección cuarta de la Audiencia que preside la magistrada Ángela Murillo.

Desde su salida, Bermúdez ha tenido algunos roces con su sucesor. Tras su cese se instaló en la nueva sede del tribunal en la madrileña calle Goya, en lugar de en la central de Génova, debido a que en esta última no había un despacho adecuado para él. Su traslado originó protestas entre algunos compañeros de tribunal que se quejaron a Marlaska al considerarlo un trato de favor. Ahora, el nuevo presidente ha ordenado su vuelta a Génova.

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