La policía desaloja a 200 indignados resistentes en Palma de Mallorca
Las autoridades no quieren acampadas ni concentraciones permanentes en el corazón turístico
La policía ha desalojado de madrugada la plaza de España de Palma de Mallorca. El operativo ha comenzado sobre las dos de la mañana con la orden política a las fuerzas de seguridad de forzar la salida de los más de 200 indignados resistentes que permanecían allí, en asamblea, desde las ocho de la tarde. La autoridad gubernamental no quiere acampadas ni concentraciones reivindicativas permanentes en el corazón turístico y vital de la capital balear, como pasó con el campamento del 15-M de 2011.
"¡El pueblo unido no será vencido!" ha sido el cántico más repetido de la madrugada, junto a los pitos y al jaleo del "15M, 15M" con tono de grito de cancha deportiva. Hasta las tres de la madrugada no se habían producido cargas. Los agentes tomaban del brazo a los manifestantes, uno a uno, y los situaban fuera del espacio abierto para expulsarlos a las calles laterales. A veces los policías retorcían una muñeca de aquellos que rechazaban sus órdenes, para someterlos. A otros los llevaban en volandas. A bastantes jóvenes pasivos los arrastraron por el pavimento.
"Me han quemado la espalda", narró uno. "Me van a romper el brazo", clamó una joven. "No ven que luchamos por la libertad, por la nuestra y la de sus hijos", exclamó una joven a los agentes que le llevaban del centro de la plaza a la periferia. Unos cien policias, en una decena de furgones, tomaron el perímetro. El periodista pudo operar y fotografiar su actuación tras identificarse a cada paso. Un manifestante en rebeldía, pacífica, obligó a la intervención de cuatro policías.
Un médico de 60 años fue de los últimos en ser evacuado. Otro indignado grito "!Viva la clase obrera!", y sus colegas de los aledaños aplaudieron. Una manifestante discapacitada, en silla de ruedas, fue también desplazada lejos del centro de la plaza España. Allí la estatua ecuestre del rey conquistador Jaume I, del siglo XIII, luce una bandera de Islandia. Un mando policial en un momento de tensión dijo en voz alta: "Os lo pedimos por favor, desalojen. No somos tontos. No nos tomen el pelo".
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