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Dinero de ida y vuelta para CiU

Dos empresas devolvían como donaciones en efectivo el dinero que facturaban a Convergència Las compañías hicieron trabajos ficticios para el Palau de la Música

Jesús García Bueno
Oriol Pujol y Artur Mas, secretario general y presidente de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), respectivamente.
Oriol Pujol y Artur Mas, secretario general y presidente de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), respectivamente.MARCEL·LÍ SÀENZ

La investigación sobre el expolio del Palau de la Música ha dado un paso adelante para acreditar que parte del dinero malversado sirvió para financiar, de forma irregular, a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Dos empresas que facturaron al Palau un millón de euros por trabajos que jamás realizaron también ejercían, al mismo tiempo, de proveedoras y donantes de la formación nacionalista.

Entre 2007 y 2009, New Letter y Letter Graphic cobraron 804.563 euros por trabajos “genéricos” a CDC, según un informe del administrador concursal de esas sociedades —que suspendieron pagos hace unos meses— donde se detallan numerosas irregularidades. Ese dinero, sin embargo, era de ida y vuelta. Las empresas aportaron una cantidad similar a la recibida (775.000 euros) como “donaciones”. Estas se pagaban en entidades financieras, también en efectivo. El administrador denuncia el “menoscabo patrimonial” que esa decisión supuso para las firmas, claramente conectadas entre sí y dedicadas al buzoneo electoral y al alquiler de maquinaria. Sus responsables defendieron las donaciones porque las operaciones con Convergència i Unió habían “generado beneficios”, recoge el informe, al que ha tenido acceso este diario.

El documento detalla que las empresas orquestaron un entramado cuyo objetivo último era pagar a CDC. La contabilidad refleja un hecho curioso que se repite en diversas ocasiones: el mismo día que New Letter cobró 100.000 euros de Coalició per Europa —la marca con la que CiU y otros partidos nacionalistas concurrieron a las elecciones al Parlamento Europeo de 2009—, ingresó ese dinero en la empresa matriz, Mail Rent. Esta, a su vez, transfirió esos fondos de forma inmediata a la cuenta empresarial dedicada a las donaciones a CDC. Las empresas no solo facturaron a Convergència, sino también a otros organismos asociados al partido, como la Fundación Ramon Trias Fargas (rebautizada como Catdem). En total, esas cantidades suman 1,3 millones de euros.

Esa misma cantidad es la que New Letter y Letter Graphic entregaron, sin dejar ninguna clase de rastro documental, a terceros cuya identidad se desconoce. El uso de esa cuenta con 1,3 millones “traspasa la ortodoxia contable” y “obstruye la claridad y transparencia de toda contabilidad”, según el informe.

Los responsables de las empresas “detrajeron fondos para hacer entregas a un tercero” sin mencionar sus nombres, direcciones o números de identificación fiscal. Todo ello lleva al administrador a preguntarse por “la verdadera bondad” de esa cuenta y si el destino que se ha dado al dinero “responde a intereses ligados a la empresa”. Resulta, además, que todas las entregas realizadas desde esa cuenta opaca se hacían en efectivo, “como si se tratara de una economía doméstica”, recoge el informe entregado al juez que investiga el caso Palau, Josep Maria Pijuan. El juez y el fiscal anticorrupción, Emilio Sánchez-Ulled, tirarán ahora de ese hilo para tratar de acreditar los pagos a Convergència, uno de los cabos sueltos de la investigación sobre el expolio perpetrado, presuntamente, por el expresidente del Palau, Fèlix Millet, y quien fue su mano derecha, Jordi Montull. El fraude asciende a 35 millones de euros.

La investigación considera que las empresas fueron utilizadas como tapadera para hacer llegar el pago de comisiones de Ferrovial al partido a cambio de la adjudicación de obras de envergadura en Cataluña, como la Ciudad de la Justicia o la línea 9 del metro.

Convergència Democràtica vive con nervios la aparición de nuevos datos sobre supuesta financiación irregular del partido y, sin dejar de negar cualquier ilegalidad, busca culpables externos. El portavoz adjunto de CiU en el Congreso y exconsejero de Política Territorial, Pere Macias, aseguró ayer que en el fondo del escándalo hay una campaña para “debilitar” a Artur Mas justo en el momento en que se dispone a negociar el pacto fiscal para Cataluña.

“Esto de que cada día haya esta conexión tan perfecta entre quien investiga y unos determinados medios para que esto se amplifique hace pensar que, más que una cosa judicial, es algo que interesa que salga en estos momentos”, afirmó.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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