Un gran aficionado a la vela y a la caza
Tras su últimas lesiones se ha hecho fabricar un silla especial ergonómica
La vela y la caza son las dos grandes aficiones de don Juan Carlos tras abandonar el esquí después sufrir una aparatosa caída. El Monarca, que se ha fracturado la cadera en otra caída durante un viaje de caza en Botsuana, está considerado como un excelente cazador y posee varios récords.
Durante años ha acudido a los cotos de Alberto Alcocer, Samuel Flores, Isidoro Álvarez y Florentino Azuaya. En los últimos tiempos es habitual que acuda a La Encomienda de Mudela, en Ciudad Real, donde la especialidad es la perdiz roja.
Tras sus últimas lesiones y para poder soportar las largas jornada de caza, se ha hecho fabricar un silla especial ergonómica con respaldo y brazos para poder descansar. El Rey tiene una extensa colección de escopetas.
Su afición a la caza tiene un origen familiar. A los Borbón siempre les ha gustado. Además del Rey también practica esta actividad la infanta Elena y el príncipe de Asturias, aunque tras su matrimonio con doña Letizia frecuenta menos los cotos. También Felipe Marichalar parece haber heredado la afición familiar. Cuando el pasado lunes el niño sufrió un accidente al disparársele la escopeta en el pie estaba, según la Reina, "de caza", aunque otras versiones indican que estaba realizando prácticas de tiro.
En 2006, don Juan Carlos protagonizó una cacería que levantó polémica en Rusia. El gobernador de la provincia de Vólogda, Viacheslav Pozgaliov, creó un "grupo de trabajo interdepartamental" para comprobar las informaciones -aparecidas en el periódico local Región 35 y recogidas más tarde por la prensa de Moscú- según las cuales el Rey fue objeto de una "abominable puesta en escena" cuando en agosto acudió a cazar a la región. La víctima habría sido "un bondadoso y alegre oso llamado Mitrofán", que era mantenido en un centro turístico del pueblo de Novlens, según afirma el diario Kommersant, citando una carta dirigida al gobernador por Serguéi Stárostin, vicejefe del departamento de Conservación y Desarrollo de los Recursos de Caza de Vólogda. Mitrofán fue encerrado en una jaula y conducido al lugar de la caza, donde "lo emborracharon con abundante vodka mezclado con miel y le obligaron a salir al campo". Allí, el oso borracho se convirtió en "blanco fácil" para don Juan Carlos, que "lo abatió de un tiro", según esa versión.
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