El conseguidor valenciano
Miguel Zorío mantuvo en contacto a Urdangarin con algunas empresas y con la Administración
La relación de Iñaki Urdangarin con algunas de las empresas y con la Administración pública valenciana pasó por el empresario Miguel Zorío, propietario de la agencia de comunicación y consultora de imagen Looby Comunicación. Zorío fue quien mantuvo en contacto a Urdangarin con la Generalitat valenciana tras la firma del contrato, por tres millones de euros, para la celebración de unos Juegos Europeos que nunca se convocaron pero por lo que Nóos llegó a cobrar 382.000 euros. También de su mano llegó el acuerdo con el grupo Roig para captar inversores y el de Aguas de Valencia, que acabó con la elaboración de un estudio de responsabilidad social corporativa. Además, fue a quien Urdangarin dijo, según su propia versión, que su aún socio, Diego Torres, le estaba robando. Miguel Zorío acudió a declarar, en noviembre, como testigo. Y salió como imputado.
El fiscal cree que cobraba comisiones únicamente por estas mediaciones. Que cobró de Nóos por poner en contacto a la entidad con la Generalitat valenciana y que hizo lo mismo con otras empresas. Por ello, en el interrogatorio a Iñaki Urdangarin le preguntó si Zorío había cobrado esas comisiones, a lo que el duque contestó que él no se encargaba de las cuestiones contables.
Zorío conoció a Urdangarin a través de Mario Sorribas, administrador y persona de confianza del duque de Palma. Llegó a él en 2004, cuando a través de la Fundación Turismo Valencia contactaron para que llevara el gabinete de prensa para la primera edición del Valencia Summit, que organizó el Instituto Nóos con fondos de la Generalitat y de la propia Fundación, que se nutre fundamentalmente del Ayuntamiento valenciano. Zorío asegura que en las dos siguientes ediciones cobró directamente de Nóos, por un importe total de unos 18.000 euros.
La defensa de Miguel Zorío, según él mismo, se basa en que su empresa siempre contrató con otras empresas y nunca con Administraciones públicas. Zorío, que fue de quien partió la iniciativa de celebrar unos Juegos Europeos en Valencia, cuenta que en enero de 2006 firmó un contrato con el Instituto Nóos por un importe de dos millones de euros para realizar la labor de imagen y comunicación de esa iniciativa durante 2006 y 2007. El empresario emitió cuatro facturas por ello, de 500.000 euros cada una, pero asegura que las abonó (las anuló) en junio de 2006. Posteriormente, llegó a otro acuerdo con Nóos de asesoramiento en comunicación y como enlace con la Generalitat valenciana con cuyos responsables “comentaba cómo iba el proyecto”. Por ello dice haber emitido facturas, por valor de 450.000 euros, correspondientes también a honorarios por el trabajo. “Yo no sé qué hizo después Nóos con esas facturas”, alega, ya que algunas de ellas se presentaron a la Generalitat como gasto de los Juegos no celebrados.
Ayer, Miguel Zorío se volvió a someter a las preguntas del juez y del fiscal después de que Iñaki Urdangarin hablara de él en su maratoniana declaración.
Fiscal. ¿Usted, entonces, le dijo a Miguel Zorío que rompió con Torres porque le robaba?
Urdangarin. Existían una serie de discrepancias concretas sobre conceptos concretos y cómputos contables.
F. El señor Zorío se ha cansado de salir en todas las televisiones contando que usted le comentó que Diego Torres le robaba.
U. Le comuniqué que teníamos una serie de divergencias y consideraciones discrepantes sobre proyectos y facturaciones.
F. ¿No es menos cierto que le dijo a Zorío que ya no era su socio porque le robaba?
U. Consideré que no me pagaba lo que estaba contabilizado y me correspondía; que me quitaba fondos.
F. ¿Quitar dinero es igual a robar? ¿Quiere decir que Diego Torres le robaba?
U. ...así ...sí.
F. Entiendo que puede constar en acta que dice que le robaba. Y a uno bueno se lo está diciendo, que ha facturado medio millón de euros contra Instituto Nóos por servicios no prestados.
U. De eso me he enterado yo hoy…
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