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Rajoy niega que haya violado el pacto fiscal con el PSOE pero acepta dialogar

El presidente advierte de que las cifras de desempleo empeorarán este año

Miguel González

Casi 50 días después de llegar a La Moncloa, Rajoy compareció ayer en el Congreso. Lo hizo, en teoría, para informar sobre el Consejo Europeo del pasado día 30, aunque aprovechó para defender las medidas que ha adoptado hasta ahora su Gobierno: ajuste fiscal de 15.000 millones (incluida la subida del IRPF y del IBI), Ley de Estabilidad Presupuestaria y reforma del sistema financiero. Como él mismo anunció, no fue breve aunque sí conciso. Especialmente al detallar la reforma laboral que el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar mañana. Solo dijo que quiere que “sea amplia y profunda, a la vez que equilibrada y, sobre todo, útil para la consecución de un clima que favorezca la competitividad, la contratación y el empleo estable”.

Aunque lo intentó, alegando que se trataba de una conversación privada, no pudo zafarse de las preguntas por su confidencia al primer ministro finlandés en Bruselas: “La reforma laboral me costará una huelga general”, le dijo. Ayer, en el hemiciclo, hizo votos por evitarla, pero recordó que el PSOE se enfrentó en 2010 a una huelga general por “una serie de medidas que se podían considerar algo parecido a una reforma laboral. ¿Por qué tengo que considerar que yo soy de mejor condición que el señor Zapatero?”, se preguntó.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en el pleno del Congreso.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en el pleno del Congreso.ULY MARTÍN

A Rajoy se le vio cómodo con su nuevo traje de gobernante. Irónico a veces, condescendiente incluso con la portavoz de Unión, Progreso y Democracia (UPD), Rosa Díez, dando lecciones a todos de sentido común y realismo. “Especular es muy fácil, igual que estar en tertulias. Decidir es más complicado, como todo el mundo sabe”, le espetó al peneuvista Josu Erkoreka.

Aunque se parafraseó a sí mismo reiterando que “en la política no existe la herencia a beneficio de inventario”, pintó un cuadro tan sombrío de la situación económica española que “es difícil imaginar un punto de partida peor para esta legislatura” y atribuyó los problemas actuales a los “los excesos y desequilibrios acumulados en los últimos años”. Curándose en salud, advirtió de que la “situación crítica” del empleo en España —con un 22,9% de paro— “no va a mejorar en el corto plazo. Es más, durante 2012 [estas cifras] empeorarán”. “Este año va a ser malo, y hay que decírselo a los españoles”, insistió.

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Y ello, argumentó, porque las reformas del Gobierno requieren tiempo, “no a la hora de actuar pero sí, irremediablemente, a la de cosechar resultados”.

Se esperaba con expectación su primer cara a cara con el flamante secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pero lo impidió el formato del debate, en el que Rajoy contestó en bloque a los 13 portavoces de las fuerzas políticas con representación en el Congreso.

Ya en su primera intervención, aprovechó para negar, como sostiene el PSOE, que la Ley de Estabilidad Presupuestaria, remitida por el Gobierno al Consejo de Estado, vulnere el pacto entre los dos grandes partidos que se plasmó en agosto pasado en la reforma para incluir la regla de oro del gasto en la Constitución. “Si el proyecto de ley no se modifica, no lo votaremos afirmativamente, porque no respeta el acuerdo que hicimos con ustedes”, le avisó Rubalcaba. En su réplica, el presidente insistió en que el Gobierno ha cumplido “escrupulosamente” el pacto constitucional, pero se mostró dispuesto “a hablar y ver si efectivamente tiene usted razón”.

También al portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, le ofreció dialogo después de que este se quejara de que las sanciones previstas por la Ley de Estabilidad para las comunidades autónomas que incumplan el déficit sean superiores a las que contempla la UE para sus socios.

En lo que se mantuvo firme Rajoy fue en su decisión de aprobar los Presupuestos el 30 de marzo, pese a que la Comisión Europea le ha pedido que los anticipe al máximo y a que Rubalcaba calificó de “sospechoso” que quiera esperar hasta después de las elecciones andaluzas, previstas para el 25 de marzo. “La elaboración de los presupuestos lleva entre cinco y seis meses, y nosotros los vamos a hacer en tres”, se justificó Rajoy.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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