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Toda una vida por siete nóminas

El drama de los impagos para un barrendero de La Línea

La situación económica de los Ayuntamientos es un arma de grueso calibre político. Pero detrás de todos esos golpes de pecho dialécticos y acusaciones cruzadas hay personas que se enfrentan a lo que nunca se habían imaginado, vidas enteras al borde del precipicio. Juan Miguel García Ruiz, 39 años, casado, con tres hijos y una nieta, es uno de los trabajadores municipales de La Línea de la Concepción (Cádiz) a los que se le adeudan hasta siete nóminas. Lo más probable es que pierda su casa hipotecada y, en cierto modo, ya ha perdido a parte de su familia.

García Ruiz empezó ayer una huelga de hambre frente al Ayuntamiento linense, en el que trabaja desde 1997, para pedir que le devuelvan su vida. Según sus cálculos, los impagos continuados se han traducido para él en una deuda personal que ni siquiera puede cuantificar con exactitud, pero que cifra entre los 90.000 y los 100.000 euros.

El trabajador asegura que ha tenido que repartir a sus hijos y nieta en casa de familiares, porque, según dice, no los puede mantener. “La última vez que entró dinero en mi casa, fue a principios de diciembre, cuando nos ingresaron 1.040 euros, pero entre los bancos y las deudas solo me quedaron 140 euros”. “Tengo una hipoteca de 69.000 euros, un préstamo de otros 12.000 euros al que debo hacer frente. Además, no pago la luz y me la han cortado, debo más de 700 euros de contribución y otros 800 de comunidad, y también amenazan con denunciarme porque no pago desde hace meses en Carrefour”.

La situación de García Ruiz puede ser la peor, pero ya se le acercan otras muchas de entre los más de 800 trabajadores a los que el Ayuntamiento linense les adeuda más de medio año de salario.

Por el momento, la alcaldesa, la socialista Genma Araujo, tan solo puede ofrecer buenas palabras. La herencia tras los años de gobierno del GIL y del Partido Popular es devastadora. La plantilla se multiplicó de forma excesiva alcanzando los más de 800 trabajadores, durante el mandato de Juan Carlos Juárez y en los que, las deudas por impagos a proveedores no dejaron de crecer al amparo de una política que, según sus responsables iba a colocar a La Línea “en el furgón de cabeza de las ciudades más desarrolladas de Andalucía”.

La plantilla paralizó el mes pasado el Ayuntamiento durante 25 días por medio de una “asamblea permanente”. La respuesta fue que no había dinero ni para comprar las bombillas que se funden en los pasillos.

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