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La falta de cotejo de unas huellas libra a un etarra de una condena de 639 años

La Audiencia absuelve a Carasatorre de un atentado a la casa cuartel de Arnedo

Eva Saiz
Juan Ramón Carasatorre
Juan Ramón CarasatorrePOOL (Europa Press)

La Audiencia Nacional ha decidido absolver al etarra Juan Ramón Carasatorre de su participación en un atentado contra la casa cuartel de Arnedo (La Rioja) en 1995 por la que el fiscal pedía una pena de 639 años de cárcel. Según el tribunal, presidido por el magistrado Alfonso Guevara, "no hay un solo rastro" de la presencia del acusado que permita implicarle en los hechos, si bien en la sentencia se indica que ni siquiera se ha intentado el cotejo de las huellas que dejó hasta en cinco coches.

Poco importa que Valentín Lasarte, uno de los miembros de ETA condenado por ese mismo delito y compañero de Carasatorre en el comando Donosti, como ha quedado acreditado en otras condenas a este último-, lo hubiera reconocido como uno de los coautores, junto con el exjefe militar de la banda, Javier García Gaztelu, Txapote, del atentado a la casa cuartel. Para los magistrados "el indicio incriminatorio es insuficiente al estar huérfano de toda corroboración" en aplicación de la doctrina consolidada del tribunal Constitucional.

En el atentado, que tuvo lugar en la madrugada del 17 de agosto de 1995, solo resultó herido un agente de policía. Aunque la intención del comando era colocar las bombas en la casa cuartel, donde residían 39 personas. Al ser descubiertos, se vieron obligados a abandonar los artefactos explosivos en unos coches cercanos y a emprender una aparatosa huida en la que emplearon hasta cinco vehículos.

Los magistrados subrayan que aunque inicialmente no se disponía de la fotografía o las huellas de Carasatorre, cuando se obtuvieron en 2007, año en el que fue entregado temporalmente a España por la autoridades francesas, no se cotejaron con todos los rastros que se hallaron en los múltiples vehículos que los miembros del comando utilizaron en su huida, tras colocar los explosivos en Arnedo.

El tribunal censura que ni siquiera se hayan analizado las gafas perdidas por un miembro del comando por las utilizadas por Carasatorre cuando llegó a España en 2007

El tribunal también censura que ni siquiera se hayan analizado las gafas perdidas por un miembro del comando por las utilizadas por Carasatorre cuando llegó a España en 2007.

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En la sentencia se deja claro que la declaración de Lasarte, -que durante el juicio a Carasatorre no negó que incriminara a su compañero pero sí dijo no recordar su participación o la de Txapote en el atentado- "es lujosa en cuanto a los detalles" de su intervención en la acción terrorista, pero que "no hay un solo rastro" que evidencie dicha intervención.

Carasatorre, que fue entregado a España temporalmente en noviembre del año pasado, ya ha sido condenado a 19 años y 4 meses por atentar contra la residencia de Mandos del Ejército en San Sebastián, el 23 de junio de 1995 y a 30 por el asesinato de Gregorio Ordóñez, el 23 de enero de ese mismo año. Por ambos delitos ya fueron condenados sus compañeros del comando Donosti, Txapote y Lasarte. Carasatorre tiene pendiente de conocer el fallo por el asesinato del policía municipal de San Sebastián Alfonso Morcillo en 1994. Precisamente, la pistola utilizada en ese atentado es la misma que los tres dejaron abandonada en su huida tras colocar el artefacto explosivo en la casa cuartel de Arnedo.

Una fuga accidentada

El 17 de agosto de 1995 el comando Donosti, integrado por Txapote, Lasarte y Carasatorre, se desplazó de madrugada a la casa cuartel de Arnedo para colocar tres cargas explosivas. Al ser descubiertos por la policía abandonaron los artefactos en dos vehículos y huyeron en otro robado. Tras salirse de la carretera, decidieron esperar al coche de policía que les perseguía y tras inmovilizarlos con sus propias esposas, continuaron la fuga en el vehículo policial. En el curso de la huida pararon a otro coche, fingiendo ser agentes que habían sufrido u accidente.

Las vicisitudes de esta fuga no acabaron allí. Poco después, tras ser divisados por varios miembros de la Ertzaintza, se internaron por una pista forestal, abandonaron el vehículo y se adentraron a pie en un bosque cercano a la localidad de Ulibarri-Viña (Álava). Cinco días después, el 22 de agosto, llegaron a un camping de Otazu y se resguardaron en una caravana. Cuando llegaron sus propietarios, los etarras los encañonaron y obligaron al dueño a que los llevara hasta la localidad guipuzcoana de Andoain, donde se les perdió el rastro. En la caravana Lasarte dejó olvidado su DNI y su permiso de conducir.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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