Felipe González y Rosa Aguilar, muy a gusto juntos en Córdoba
El expresidente participa en un acto del PSOE con quien fue una sus más críticas opositoras
A principio de los años noventa, Rosa Aguilar ocupaba la portavocía de IU en el Congreso de lo Diputados y era una de las voces más duras contra el Gobierno socialista de Felipe González. En esa época los casos de corrupción y del GAL tenían acorralado al ejecutivo socialista. Aguilar se sumó al titular mediático, como ella ha reconocido en alguna ocasión, de que González tenía las manos manchadas de sangre por los GAL. Hoy han compartido mesa y mantel en un almuerzo-mitin, a 25€ el cubierto, con varios colectivos de Córdoba. Felipe González sigue siendo del PSOE y Rosa Aguilar es ahora la candidata número uno al Congreso por esta provincia.
Si la época de Aguilar en el Congreso ha dejado mella en González hoy desde luego no lo ha demostrado. “Para no perder mucho tiempo en estas cosas tengo que decir que ni siquiera pienso en encuentros o desencuentros [con Rosa Aguilar]. Me siento a gusto, lo hago con pleno convencimiento lo demás tiene más morbo, pero no hay nada que decir, vengo a apoyar a Rubalcaba y a Rosa Aguilar”. Esta ha sido la explicación que ha dado el expresidente del gobierno a las varias preguntas que se le han formulado, aunque el moderador del debate solo planteó una sobre su antigua tensa relación.
La excaldesa de Córdoba se ha sumado de inmediato a la explicación de Felipe González: “Estoy muy a gusto con Felipe estando los dos juntos”.
En el acto González se ha referido al debate realizado anoche entre el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y el candidato del PP Mariano Rajoy. González se ha quejado de que no se debatiera de Europa “pese a que Alfredo lo intentó” y también de que el líder popular se dedicara a leer sus repuestas. “Rubalcaba no lo hizo en ningún momento. En el debate no había manera de que hubiera una interrelación y Rajoy leía uno y otro papel” ha resaltado.
González ha recordado que en 1997 propuso que en el Parlamento no estuviera permitido leer, pero los que se opusieron argumentaron que en España hay poco hábito democrático. "Un parlamento no es un lectamento. A mí me exasperaba mucho que en el Parlamento la respuesta a mi respuesta estuviera previamente escrita".
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