Humildad frente a euforia
Rajoy se esfuerza en evitar que su electorado se confíe ante los pronósticos de victoria holgada
Las buenas noticias a veces llegan cargadas de trampas. Las encuestas en tiempo electoral pueden tener, según los expertos, un efecto de simpatía hacia el más débil o, en todo caso, pueden servir para que los votantes del partido favorito se queden en casa pensado que su voto es innecesario. En este caso podría suceder, tras los pronósticos del CIS, que los electores de izquierdas terminen yendo a las urnas para evitar un triunfo apabullante del Partido Popular.
En esta campaña es dudoso ese efecto, pero por si acaso, el equipo de campaña del PP transmitió ayer humildad, humildad y más humildad. Que trascienda la idea de que nada está ganado y que no cale la de una victoria inmensa asegurada. Mariano Rajoy recetó ayer “concordia y unidad para ganar el futuro”, sobre la base de una posición de moderación que no desincentive a los votantes de centro que puedan decantar las elecciones o reforzar su mayoría.
Las encuestas no votan, según el mensaje transmitido ayer desde Génova a los candidatos populares, para intentar frenar la euforia. Con escaso éxito porque alguno, como el cabeza de lista de Toledo, Arturo García Tizón, en labores de telonero de Rajoy, se dejó llevar por el entusiasmo y felicitó ayer a su líder porque va a ser el presidente del Gobierno con mayor ventaja de la historia de la democracia española.
Al equipo de campaña del PP le preocupa la expresión “mayoría absoluta” y la posibilidad de que toda su carga negativa termine cayendo sobre ellos. La expresión está prohibida en la sede de Génova y se buscan eufemismos: mayoría holgada, mayoría cómoda o mayoría suficiente, según el grado de euforia del orador de cada mitin.
Voy a hacer una declaración de principios: no tenemos enemigos, aunque algunos quieran serlo; nuestros enemigos son la crisis y el paro, y vamos a por ellos”
También se inventan teorías como la de Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, asegurando que la encuesta del CIS está cocinada para aumentar la ventaja de los populares y movilizar a los votantes del PSOE, empujados a las urnas por la pena que pueda dar un Rubalcaba derrotado con estrépito.
Al margen de la propaganda, la dirección del PP está encantada con los datos de estimación de voto difundidos ayer y que, además, coinciden con todos los sondeos publicados estos días en distintos medios. Y se les nota a los dirigentes populares.
Rajoy ve segura la victoria y no atisba ninguna posibilidad de que se le escape, por eso utiliza el tono de moderación y evita la confrontación. “Voy a hacer una declaración de principios: no tenemos enemigos, aunque algunos quieran serlo, nuestros enemigos y adversarios son la crisis y el paro y vamos a por ellos”, dijo en el arranque de su mitin de ayer.
Todo es a mayor gloria del líder Rajoy, próximo a un resultado histórico para el centro derecha, que se presenta como un presidente de gira por España para ser felicitado por un triunfo que tiene en la mano. “El presidente en ciernes”, según la expresión de Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha.
Pido concordia y unidad para ganar el futuro”
Rajoy utiliza expresiones en positivo como “verdad, valentía y diálogo” para conjurar los peligros del miedo a la amplia victoria, como hizo ayer en un desbordado Pabellón de Deportes de Toledo. Por eso evocó ayer el triunfo del PP en las autonómicas de Castilla-La Mancha, convertida así en la “tierra vanguardia del cambio”, tras haber sido uno de los feudos del PSOE.
“Dolores [de Cospedal] no lo tuvo nada fácil, pero fue capaz de superar todas las zancadillas y nos ayudó a ganar en toda España”, dijo Rajoy en el primer día de campaña, para presentar ayer en Toledo a su número dos en el partido como la responsable de esa victoria que ve cerca.
La euforia se nota también en los cientos de personas que tuvieron que quedarse fuera del pabellón por la asistencia masiva, pese a la lluvia. También en los gritos de “oa, oa, oa, Mariano a La Moncloa” y hasta en la machacona sintonía de la campaña del PP “Alfredo no te creo”. La misma frase repetida miles de veces y de forma insoportable para los oídos antes de que empiece cada acto.
El PP rehúye hablar de mayoría absoluta y recurre a “mayoría suficiente”
La euforia solo se empaña ligeramente con la preocupación sobreactuada de la herencia que recibirá por la gestión que el PSOE ha hecho de la crisis. “Lo vamos a hacer”, asegura con énfasis en los mítines Rajoy, cuando evoca la “tarea gigantesca” que, según dice, tiene por delante.
Para el líder del PP, el PSOE está identificado con el paro y, por eso, repite en los actos frases como que “quienes crean el problema no pueden ser los que lo solucionen”. Rajoy mencionó en Toledo el empleo como objetivo nacional pero sin referencias a sacrificios y recortes.
Y cuando el entusiasmo se desborda ocurre que candidatos como el citado García Tizón prometen la creación de cinco millones de puestos de trabajo. Al menos no aclaró en qué plazo lo harán. Por supuesto, tampoco dijo cómo.
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