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PSOE y PP cortejan a CiU para suavizar su rechazo a la reforma constitucional

Los dos partidos mayoritarios intentarán de aquí al viernes que los nacionalistas catalanes se avengan a votar el cambio constitucional Las condiciones avanzadas por Duran, que ha dado por roto el consenso constitucional, hacen difícil un acuerdo, ya que desactivarían en gran parte la reforma

J. A. R.
Rubalcaba y Durán conversa en un receso del pleno de ayer.
Rubalcaba y Durán conversa en un receso del pleno de ayer.Chema Moya (EFE)

El PSOE y el PP van a intentar de aquí al viernes que CiU suavice su rechazo a la reforma constitucional, que se vota ese día en el Congreso. La postura de los nacionalistas catalanes en el pleno de ayer, en el que ni siquiera votaron la modificación de la ley fundamental, ha abierto una brecha con el partido que gobierna Cataluña, que socialistas y populares van a intentar cerrar o, al menos, estrechar. No obstante, las condiciones que Antoni Duran i Lleida ha adelantado para apoyar la reforma –que los parlamentos autonómicos fijen el techo de déficit de sus respectivas comunidades y limitar la solidaridad interterritorial de Cataluña- hacen difícil que CiU acabe dando su apoyo a la reforma de la Constitución.

Durán lanzó ayer un discurso durísimo contra la reforma. Acusó a los dos partidos mayoritarios de romper un consenso constitucional que, dijo, “hoy ya no existe” porque ha saltado “hecho añicos”. Pese a ello, nada más acabar la intervención de Duran, los portavoces parlamentarios socialista, José Antonio Alonso, y popular, Soraya Sáenz de Santamaría, intentaron tender puentes hacia CiU que no lograron salvar la brecha. Los catalanes son los únicos nacionalistas que participaron en la elaboración de la Constitución en 1978, razón por la que su acusación es especialmente grave.

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CiU ya había advertido que no votaría en contra de la reforma. Se preveía que el voto de los nacionalistas se movería entre el sí y la abstención. "Ellos se lo guisan, ellos se lo comen", dijo con contundencia su portavoz en la Cámara baja, Josep Antoni Duran Lleida, quien explicó su decisión de no tomar partido: "Si no hemos estado en el consenso ni en el diálogo tampoco estamos en las votaciones". Los nacionalistas catalanes no votaron la toma en consideración pero anunciaron que sí participarán en el proceso de enmiendas. Y las enmiendas que anuncian serán el principal obstáculo.

CiU pretende, “como mínimo”, que la futura ley orgánica a la que se remite la reforma constitucional fije también un tope máximo de déficit fiscal entre las autonomías y el Estado, de manera que se estipule que dicho déficit fiscal de la comunidades autónomas respecto al Estado no pueda exceder el 4 % del PIB, en este caso de Cataluña. Además, la federación reclamará que sean los parlamentos autonómicos los que fijen el techo de déficit de las comunidades autónomas, en lugar de que se regule mediante una ley orgánica. El principal temor nacionalista es que los límites a la deuda y al déficit en la Constitución dejen sin autonomía financiera a las comunidades autónomas.

Las citadas condiciones de CiU podrían dejar en papel mojado la reforma, ya que perdería gran parte de su eficacia, debido a que el nuevo texto propuesto por PSOE y PP para el artículo 135 pretende que las cuentas españolas, autonómicas y estatales, se sometan a la disciplina de déficit de la Unión Europea. Además, la futura ley orgánica establece un límite de déficit para las comunidades, que “no podrá superar el 0,14% de su producto interior bruto”. Del mismo modo, el Gobierno rechaza la pretensión de CiU de que el propio gobierno catalán pueda imponer límites a la solidaridad interterritorial, algo que los nacionalistas ya intentaron cuando se negoció el nuevo sistema de financiación autonómica.

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Y el que la reforma pueda perder su eficacia hace que se antoje sino imposible sí muy difícil que CiU acabe apoyándola, pese a los llamamientos que ya han hecho PSOE, PP y Gobierno y que pretenden mantener como mínimo hasta el mismo momento de la votación, el viernes que viene. Ya durante la sesión de ayer, Alonso subrayó que el PSOE “tiene interés clarísimo de llegar a consenso con CiU. Porque estuvieron en el consenso constitucional y porque gobiernan en Cataluña. Además, las tensiones financieras son tales que necesitamos su apoyo ahora y en el futuro”. De mismo modo, Sáenz de Santamaría invitó al partido de Durán a sumarse al acuerdo.

La intención de las conversaciones que PSOE, PP y Gobierno pretenden entablar es, que al menos, CiU vote la reforma este viernes, aunque sea absteniéndose, pero que en ningún caso la rechace o se niegue de nuevo a votar. Pero la reforma supone para los nacionalistas catalanes algo que difícilmente pueden digerir: el que se limite la autonomía financiera de las autonomías y, como dijo Durán, “sin autonomía financiera no hay autonomía política y sin autonomía política no hay Estado de las autonomías”. Y eso ni CiU ni Cataluña han estado históricamente dispuestos a consentirlo. Esa el "choque de trenes" del que habló ayer Duran.

En la estrategia de atraer a CiU, el vicepresidente del Gobierno Manuel Chaves ya pidió ayer por la tarde en Barcelona que la formación sea “generosa” y abandone " estrategias electoralistas". Ante una nutrida representación de cargos de CiU, entre los que se encontraba el alcalde de Barcelona, Xavier Trias y el consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, recordó la importancia de los nacionalistas catalanes en el proceso constitucional de 1978. Chaves recordó que la Constitución, "debe incluir ahora elementos que no pudieron ser tenidos en cuenta hace 30 años”.

Respecto a la iniciativa de la Generalitat de impulsar su propia ley de control presupuestario, Chaves señaló que se esperará a ver qué propone pero ha recordado que "las leyes no las hacen sólo los parlamentos autonómicos, sino también el Congreso". En referencia a las palabras del portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, Chaves ha justificado que no es el momento para una propuesta así, que aunque respetable, alejaría a España de los objetivos concretos que se tienen en este momento “y que pasan por dar un mensaje muy claro a los mercados sobre nuestro compromiso en la contención del déficit".

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Sobre la firma

J. A. R.
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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