El Papa advierte a los jóvenes sobre la tentación de "una libertad sin Dios"
El pontífice recibe las llaves de la ciudad de manos del alcalde de Madrid Benedicto XVI pasea con 50 jóvenes de los cinco continentes por la castiza Puerta de Alcalá En el acto de bienvenida ante miles de jóvenes, les pide que escuchen el evangelio
Si en su discurso de esta mañana el Papa pidió respeto a la identidad cristiana, por la tarde ha solicitado a los miles de jóvenes que le han recibido en la plaza de la Cibeles de Madrid, que se aferren al evangelio para parecerse a Cristo, y sean "pobres de espíritu, hambrientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón y amantes de la paz". El pontífice les ha reclamado también que no sucumban a las "tentaciones", como aquellos que "deciden quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias", en clara referencia al aborto o la eutanasia, a los que la jerarquía eclesiástica se opone.
El Papa ha advertido a los jóvenes de que deben evitar ser como muchos que "creyéndose dioses", "desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto" o se dejan llevar "por el impulso de cada momento" y dan "en cada instante un paso al azar". Sucumbir a estas tentaciones, ha dicho, conduce "a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios". El coro de la JMJ ha cerrado el acto con un Aleluya.
Con algo de retraso sobre la agenda prevista, Benedicto VXI salió de la nunciatura en su papamóvil a las 19.10. Cientos de jóvenes fieles le aguardaban a la salida y le vitoreaban y cantaban. A su llegada a la Puerta de Alcalá, que ha atravesado con 50 peregrinos de los cinco continentes, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (PP), le ha entregado las llaves de oro de la ciudad.
Desde allí, después de presenciar una demostración ecuestre de caballos españoles y recibir un regalo, ha vuelto al papamóvil para recorrer los 400 metros que separan la Puerta de Alcalá de la plaza de Cibeles, subir por la calle de Alcalá hacia la Gran Vía y volver a descender a Cibeles, donde se ha celebrado el acto de bienvenida de los jóvenes, que le esperaban ansiosos.
Saludo en siete idiomas
Después de unas palabras del cardenal Antonio María Rouco Valera, y de escuchar a chicos hablando en cinco idiomas, el pontífice ha comenzado sus saludos en siete idiomas: español, francés, inglés, alemán, italiano, portugués y polaco. En español, ha pedido rezar por los no católicos, para que "el mensaje de esperanza y amor [de Cristo] tenga eco también en el corazón de los que no creen o se han alejado de la Iglesia". Ha agradecido también el recibimiento y a todos los que lo han hecho posible.
En francés, se ha felicitado porque los jóvenes se hagan preguntas y busquen respuestas, y les ha animado a hacerlo, pero ha asegurado que "la Verdad no es una idea, una ideología o un eslogan, sino una persona, Cristo". En el resto de idiomas, ha enfatizado la idea de que los jóvenes profundicen y crezcan en su relación con Cristo y escuchen el evangelio.
Después, desde las nueve y media, doce imágenes de la Virgen de todo el mundo estarán en las calles de Madrid para que los jóvenes peregrinos las visiten, canten y recen.
Recibimiento en Barajas
Con la llegada del Papa se inició esta mañana el plato fuerte de las Jornadas Mundiales de la Juventud, aunque los peregrinos han ido llegando a Madrid desde el pasado lunes. Los fieles han inundado la ciudad con la vista puesta en los próximos cuatro días, en los que Benedicto XVI dará hasta nueve discursos y compartirá su tiempo con los jóvenes.
Su visita, sin embargo, también ha dado lugar a críticas. Ayer, más de 5.000 personas participaron en una marcha laica por el centro de Madrid, que acabó en enfrentamientos entre católicos y manifestantes y con ocho personas detenidas y 11 heridas. El Papa, en una de sus primeras intervenciones en Madrid, ha pedido respeto para los católicos. "No pocos jóvenes, por causa de su fe en Cristo, sufren en sí mismos la discriminación. (...) Se les acosa queriendo apartarlos de Él, privándolos de los signos de su presencia en la vida pública".
Tras sus discursos, Benedicto XVI se ha dirigido hacia el centro de la ciudad en Papamóvil. A su paso, centenares de personas le han dado la bienvenida a Madrid con confeti y serpentinas. Después, se ha retirado a descansar en la Nunciatura, desde donde se desplazará hasta la plaza de la Independencia y cruzará la Puerta de Alcalá a las 19.15 para mantener su primer encuentro con los jóvenes de la JMJ y pronunciar su segundo discurso en Cibeles.
Benedicto XVI ha estado acompañado desde su llegada a Madrid por los reyes, que lo han recibido en la misma escalerilla del avión junto al arzobispo de Madrid, Rouco Varela. Los monarcas -el rey Juan Carlos ayudado de un bastón- y el Papa han escuchado los himnos del Vaticano y de España, interpretados por una banda de música del Ejército, y juntos han recorrido la alfombra roja hasta el palco de las autoridades donde se han pronunciado los discursos.
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