Camps se plantea agotar el mandato aunque el juicio acabe en condena
El presidente valenciano transmite a través de su portavoz que no dimitirá
Faltaba poco para las once de la mañana. A esa hora, el juez José Flors convocó a los procuradores al Tribunal Superior de Justicia de Valencia para entregarles, una hora más tarde, el auto que llevará a Francisco Camps al banquillo para ser juzgado de un supuesto delito de cohecho impropio. A esa hora, el presidente valenciano abandonaba apresuradamente la reunión de Gobierno que se celebraba en el Palau de la Generalitat y se volatilizaba antes de conocerse la decisión judicial.
Consciente de las malas noticias que le deparaba el auto, Camps puso en manos de la consejera portavoz, Lola Johnson, el encargo de transmitir su primera valoración de la decisión judicial. Y luego llamó a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, para que fuese ella, un auténtico peso pesado tanto en el PP valenciano como en el nacional, quien saliese a reforzar la primera línea de defensa.
“Aunque no hemos tenido tiempo de estudiarlo, la decisión del auto no la compartimos”, anunció la consejera portavoz pasadas las 12.30, “ni este Gobierno, ni los valencianos que dieron su apoyo en las pasadas elecciones a un proyecto liderado por Francisco Camps”.
Lola Johnson, que no supo adelantar cuándo recuperará Camps la agenda pública, fue tajante: “El presidente se plantea cumplir su mandato de cuatro años”. Es decir, Francisco Camps está dispuesto a mantenerse en el cargo aunque lo condene un jurado por haber recibido regalos de la trama corrupta de Gürtel.
Yo no voy a echar al presidente Camps”
Rita Barberá, alcaldesa de Valencia
La consejera portavoz recurrió al argumento de las urnas, puesto en circulación por otro imputado célebre del PP —el presidente provincial de Castellón, Carlos Fabra—, para justificar el enrocamiento de Camps pese a su situación judicial. “Se puede presidir una comunidad cuando los ciudadanos respaldan un proyecto”, prosiguió Johnson, “los ciudadanos han dicho sí al proyecto del PP y sí a que el presidente Camps lidere ese proyecto”.
Apenas dos horas después, Rita Barberá convocó a los periodistas en el Ayuntamiento de Valencia para respaldar a Camps y atajar cualquier especulación sobre un posible relevo. “Yo no voy a echar al presidente Camps, lo importante es atajar la crisis y que se vaya Zapatero”, afirmó Barberá que, desde que estalló el caso Gürtel, en 2009, siempre fue el primer relevo en el que pensó Génova si la situación se hacía insostenible. “Comprendo que hay gente que quiere que Camps se vaya”, continuó, “pero yo no y la mayoría de los valencianos tampoco”. Tras Barberá, otros cargos del PP valenciano salieron a apoyar a su presidente. Entre ellos, Carlos Fabra, que aseguró que Camps sigue teniendo “toda” su “confianza”.
De los otros tres cargos imputados en la misma causa, Víctor Campos, Ricardo Costa y Rafael Betoret, solo se manifestó el primero. El exvicepresidente el Gobierno valenciano se declaró persona “honrada” y tachó de “injusta” la decisión judicial.
Los socialistas valencianos solicitaron ayer la convocatoria de un pleno parlamentario urgente y su secretario general, Jorge Alarte, se mostró dispuesto a facilitar al PP la elección de otro presidente alternativo a Camps. El candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el portavoz del Gobierno, José Blanco, pidieron a Mariano Rajoy que se pronuncie sobre la situación.
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