Aguirre llama a un pacto entre PSOE y PP que redefina las competencias regionales
La presidenta madrileña plantea que, si el PSOE lo rechaza, el acuerdo lo saquen adelante las comunidades del PP
Un gran pacto entre el PSOE y PP que rediseñe el estado de las autonomías. Es la propuesta que ha puesto sobre la mesa la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre (PP), que sugiere que se alcance a través de la “restauración del consenso constitucional”. Pero, ha puntualizado, si los socialistas se niegan a participar en él, ella propone que sean las 12 comunidades gobernadas por el PP –que son mayoría desde de las elecciones autonómicas del 22 de mayo- las que recojan el guante y asuman la reforma de competencias autonómicas.
Aguirre, que ha hecho estas declaraciones durante un coloquio de la fundación FAES, el vivero ideológio del PP, en el que también participaba la futura presidenta de Aragón, la popular Luisa Fernanda Rudí, ha encontrado el apoyo de su compañera de filas para ese gran acuerdo de estado. Rudi ha defendido que las reformas de competencias autonómicas solo tienen sentido cuando hay detrás un acuerdo entre los dos partidos mayoritarios.
En este sentido, ha destacado las cesiones de competencias a las autonomías realizadas en 1992 y 1996 -ambas basadas en pactos entre los dos partidos mayoritarios, primero entre Felipe González y José María Aznar y, después, entre este último como presidente y José Luis Rodríguez Zapatero- como el "modelo ideal" de pacto. "Fueron capaces de sentarse y avanzar en función de la situación política y de diseñar cómo tenía que avanzar el modelo", ha explicado.
Declaración de intenciones
La propuesta de Aguirre -que de momento es una mera declaración de intenciones, según ha aclarado después en una conversación con este periódico- consistiría en alcanzar un acuerdo para “reducir burocracias, definir las competencias estatales, autonómicas y municipales, reforzar el funcionamiento de las conferencias territoriales”; incluye también devolver algunas competencias regionales a la Administración central, “restaurar cuerpos de funcionarios que han desaparecido” (no concretó cuáles) y cerrar el proceso de transmisión de competencias a las autonomías.
Entre las competencias que devolvería, la presidenta madrileña ha puesto luego como ejemplo las de justicia. "Yo he multiplicado por cinco el presupuesto de justicia durante estos años, sin que eso haya supuesto más eficacia en la gestión", ha precisado. La Comunidad de Madrid tuvo que paralizar la Ciudad de Justicia, un macroproyecto que tenía previsto centralizar los juzgados de la capital en una misma sede, por falta de fondos para sufragarlo. Lo mismo le ha ocurrido a la Comunidad Valenciana, donde el presidente Francisco Camps (PP) ha renunciado a crear 15 juzgados que ya estaban autorizados por el Ministerio de Justicia, pese a que es la segunda autonomía, por detras de Andalucía, con mayor colapso judicial.
Aguirre afirma que la Administración central se ha convertido en "sierva de las autonomías"
Aguirre ha justificado este pacto para reconstruir el estado de las autonomías en que se ha producido una “carrera desenfrenada” para conseguir más competencias, que ha llevado, en su opinión, a modificar estatutos de autonomía, hasta el punto de que, cada vez más, “se parecen a pequeñas constituciones” y que la Administración central se haya convertido en una suerte de “sierva de las autonomías”, en lugar de dirigir la política nacional.
Además, la presidenta madrileña ha llamado a todos los políticos “a dejar de lado sus intereses partidistas” para alcanzar ese pacto. “Si la crisis es el momento de cambiar las cosas que no funcionan, es el momento de pensar en España con generosidad y grandeza de miras, como hicieron los padres de la Constitución”, ha subrayado.
Aguirre ha denunciado durante su discurso el “proceso galopante de exigencias y hasta provocaciones” en el que se había convertido la transferencia de competencias a las comunidades. En ello ha enmarcado “los estatutos de autonomía nacionalistas, la legalización de Bildu, que ha dicho que augura un futuro en el que la "separación de España aparece ya como un claro objetivo” y que “el resto de comunidades autónomas se han ido llenando de competencias, organismos, burocracia, funcionarios, instituciones... que nunca habían sido la aspiración inicial de sus ciudadanos”.
Además, Aguirre ha criticado que España funcione como un estado federal de facto, aunque la Constitución no lo defina así, pero no tenga ninguna de sus ventajas y sí todas las desventajas.
Aguirre no ha querido ponerle fecha a este pacto para cambiar el estado de las autonomías, porque entiende que debe plantearse "sin dogmatismo, con humildad, con altura de miras y patriotismo". Eso sí, ha asegurado que cree que los dos partidos deberían tener "mejores relaciones y con más cordialidad".
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