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Los presidentes autonómicos se olvidan de la corrupción

La oposición saca a la palestra los casos judiciales en los nuevos parlamentos

María Fabra
Los indignados sacaron tarjeta roja a la corrupción en Valencia.
Los indignados sacaron tarjeta roja a la corrupción en Valencia.EUROPA PRESS (Europa Press)

“Tolerancia cero frente a la corrupción”. “No aceptamos la corrupción y lucharemos contra ella”. “La corrupción deteriora la democracia”. “Que la corrupción no salga gratis”. Los programas electorales de los principales partidos políticos estaban salpicados de alusiones a la corrupción. Los documentos marco para los gobiernos señalaban un sinfín de medidas para hacer frente a este llamado “cáncer de la democracia”. En algunos casos, concretas. En otros, plasmando una filosofía basada en la transparencia y el control. Sin embargo, los presidentes de los gobiernos autonómicos que han ido tomando posesión de sus cargos se han olvidado de la corrupción en sus discursos de investidura. Apenas alguna alusión a la transparencia pero ningún mensaje claro, a excepción del presidente balear, José Ramón Bauzá, quien sí hizo una referencia explícita al tomar posesión de un gobierno al que ha accedido después de que el PP hiciera una limpieza, no imitada en otras comunidades, de los cargos con causas judiciales abiertas. Tanto es así que llegó a decir que “el único que ha apostado por regenerar he sido yo y le aseguro que no ha sido nada fácil”. “No aceptaré ningún tipo de lección a la hora de luchar contra la corrupción”, señaló en su discurso de investidura.

"Soy el único que ha apostado por regenerar", dijo Bauzá

Uno de los programas electorales autonómicos que más páginas llenó sobre medidas contra la corrupción y por la transparencia fue el del PP de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, su presidente electo, Francisco Camps, no hizo ni una alusión al tema, pese a ser el único presidente autonómico imputado en una causa relacionada con la corrupción y, aunque en la puerta de las Cortes a las que se dirigía, los indignados mostraban decenas de tarjetas rojas contra estas prácticas. Sí lo hizo el portavoz socialista, Jorge Alarte. “Las elecciones deciden gobiernos, y los tribunales imparten justicia”, fue una de las frases del socialista. Camps ni contestó.

En Madrid, donde la corrupción también salpicó a sus políticos durante las anteriores elecciones, tampoco Esperanza Aguirre abordó el asunto. Sí habló de transparencia pero lo hizo para referirse a la reforma electoral que impulsa. Sin embargo, tuvo que darse por aludida cuando tanto el socialista Tomás Gómez como el portavoz de IU, Gregorio Gordo, sacaron a la palestra el caso Gürtel. Gómez exigió la “devolución a las arcas públicas de los millones de euros públicos desviados a la trama”, a lo que la presidenta respondió que no existe ninguna sentencia que señale “cómo, quién y cuánto”. “Los innumerables casos de corrupción nos ha hecho tener que soportar la presencia ininterrumpida de tres diputados de su Grupo imputados en la trama Gürtel”, le espetó Gordo a Aguirre. “En los países comunistas no es que la corrupción aparezca de vez en cuando, es que es la esencia del sistema”, fue la contestación de la presidenta.

La referencia a la corrupción también se quedó fuera del pleno de investidura de la nueva presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal. Fuera de la sede parlamentaria, los indignados sí que hicieron referencia a ella pero dentro no hubo alusiones. Todo pese a que en los últimos días los socialistas sí hayan recordado que “ella admite en su partido montones de imputados por delitos de corrupción”.

El jueves será el popular Juan Vicente Herrera quien tome posesión del gobierno de Castilla-León, también salpicado por el caso Gürtel.

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