Isabel Fernández, exalcaldesa de Chipiona: “No sería lógico pegarme al sillón de la alcaldía como una lapa”

La concejal de IU Isabel María Fernández (Jerez, 1962) renunció a la alcaldía de Chipiona (Cádiz, 17.000 habitantes) sólo 48 horas después de ser investida por sorpresa, gracias a los votos inesperados de los siete concejales del PSOE que pretendían forzar un pacto y evitar un gobierno del PP, que obtuvo ocho ediles. IU obtuvo dos. 

Pregunta. Tras el pleno de investidura, ¿se le pasó por la cabeza mantener el cargo?

Respuesta. Era inviable. Un gobierno no se puede sostener con dos concejales. Quedarnos en la alcaldía nos llevaría a pactar y eso es imposible en estos momentos. Me da pena no poderme quedar porque creo en mi equipo y podíamos hacer cosas buenas por Chipiona, pero este no es mi momento. Yo espero volver a este despacho como alcaldesa, pero cuando sea voluntad de mi pueblo.

P. ¿Qué pensaba cuando se iban abriendo papeletas y se percataba de que iba a ser, sin esperarlo, la alcaldesa de Chipiona?

Espero volver como alcaldesa cuando sea voluntad de mi pueblo

R. No le oculto que esa posibilidad [que el PSOE la votara como candidata en el pleno de investidura] se rumoreó en los mentideros de Chipiona, pero nunca pensé que eso pudiera ocurrir, máxime cuando el entonces alcalde (el socialista Manuel García) la noche antes estaba machacándome en la televisión municipal y diciendo que PP e IU eran la misma cosa. Ha sido una jugarreta. Pensé que me estaban metiendo en un callejón sin salida.

P. ¿Ha recibido presiones tras su investidura?

R. No me he sentido presionada en ningún momento. Tampoco he tenido contacto ni con unos ni con otros.

P. ¿Sus malas relaciones personales con el exalcalde socialista están detrás de su rechazo a pactar con el PSOE?

No me caben en la cabeza imposiciones de mi formación política

R. No tengo diferencias personales con este señor. Las diferencias que hemos tenido han sido políticas. El PSOE nos ha maltratado políticamente en estos cuatro años. Sí le digo, que la política es una actividad humana y la impronta humana se refleja en política.

No creo que esté haciendo nada extraordinario, sino lo que tengo que hacer

P. ¿Es posible un pacto de progreso si el exalcalde renuncia?

R. El PSOE de Chipiona necesita una regeneración para que podamos volver a confiar en ellos como socios de gobierno y esa regeneración no pasa por una sola persona.

P. El pleno para elegir nuevo alcalde se celebra en menos de diez días, ¿es imposible el pacto con el PSOE que reclama la dirección provincial de IU?

R. No estamos jugando a nada. En días no va a cambiar la situación porque entonces no seríamos ni serios ni honrados ni consecuentes.

P. ¿Cree que puede llegar a haber una imposición desde arriba para frenar un gobierno de derechas?

R. A mí no me caben en la cabeza imposiciones de mi formación política.

P. ¿Qué piensa de los pactos entre PP e IU?

R. En Chipiona nunca se nos pasó por la cabeza un pacto con el PP.

P. ¿No prefiere, por su ideología, ignorar ciertas diferencias con el PSOE local en vez de propiciar la llegada a la alcaldía de un partido conservador?

R. No estoy hablando de cosas personales. Estoy hablando de formas de hacer política y gestionar. El PSOE ha privatizado en estos cuatro años todos los servicios. El PSOE en Chipiona no ha hecho una gestión de izquierdas. Nosotros no podemos hacer un pacto con personas en las que no confiamos. Gobernaríamos mirando a uno y a otro lado y eso no es bueno para un pueblo.

P. ¿Le extraña que no haya dimisiones tras la debacle del PSOE en las elecciones municipales?

R. No me compete lo que haga otro partido. Sí le digo que no todos somos iguales.

P. ¿Dónde se ve en la próxima semana?

R. Lo tengo claro. Voy a la oposición.

P. ¿Cómo se siente?

R. Es una sensación agridulce Me han forzado a coger el bastón de mando, pero estoy orgullosa de haber sido alcaldesa de mi pueblo aunque sea una semana. Hay algo que no me va a quitar nadie y es el cariño y la cercanía que me ha mostrado la gente. Me siento consecuente. No creo que esté haciendo nada extraordinario. Siento que hago lo que tengo que hacer. Lo que no sería lógico es que me pegara al sillón de la alcaldía como una lapa.