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ZOHAR CHAMBERLAIN REGEV | Activista israelí de la Flotilla de Gaza

"Callar ante la injusticia de Gaza es vergonzoso"

La israelí regenta un bar en un pueblito de la sierra de Huelva

Zohar Chamberlain Regev, israelí, 41 años, vive en Alájar, “un pueblo chico” de la sierra de Huelva, con su compañero, argentino. Regentan un bar. En unas semanas ella se embarcará en una nave con medio centenar de españoles que formará parte de la segunda Flotilla a Gaza, una expedición internacional para denunciar el bloqueo de la franja, donde viven millón y medio de palestinos, y llevar material escolar, sanitario y cemento.

Es una iniciativa en la que el Gobierno español desaconseja participar. Chamberlain, nacida en un kibutz (una granja colectiva) cercano a Nazaret, explica sus motivos por teléfono en un castellano magnífico.

Pregunta. ¿Por qué ha decidido embarcarse rumbo a Gaza?

Lo que llevaremos es ayuda humanitaria, nada que pueda perjudicar a Israel

Respuesta. Desde pequeñita he militado en contra de la ocupación. De niña, me llevaban mis padres; luego ya fui por mi cuenta. En un momento dado pensé que era mejor estar lejos de Israel, no me agrada mucho vivir allí. Creo que la ocupación (israelí de los territorios palestinos) tiene que acabar y también otras manifestaciones fascistas como el trato a los beduinos, a los trabajadores inmigrantes,... Muchas cosas no van bien en Israel, no solo por el conflicto con los palestinos. Pienso que el bloqueo a Gaza es injusto e inhumano. Las bombas o dejar a los civiles sin acceso a cosas básicas o sin poder ganarse la vida en la agricultura o la pesca no es la solución.

P. ¿Ha estado alguna vez en la franja de Gaza?

Lo que hago es bueno a largo plazo para que Israel viva en paz en su entorno

R. He estado muchas veces en Cisjordania, en manifestaciones contra el muro, plantando olivos… creo que estuve en Gaza una vez, en 2000, con una organización que fomentaba el diálogo, un fin de semana para conocer cómo era aquello. Aún había asentamientos (de colonos judíos, desmantelados en 2005) y los palestinos tenían su propio aeropuerto (parcialmente pagado por España y destruido después por el ejército israelí)). A finales de ese año, estalló la segunda intifada.

P. ¿Cómo entró en contacto con los organizadores del barco español?

R. A finales de 2009 [primer aniversario de la guerra de Gaza], viajé a El Cairo (Egipto) para participar en una manifestación a favor de la libertad de Gaza. Éramos 1.400 activistas, pretendíamos llegar a Gaza pero las autoridades egipcias nos pararon. Ahí conocí a algunos activistas españoles, estuvimos en contacto y desde el principio les dije que me interesaba participar.

P. ¿Tiene miedo?

R. Soy consciente de lo que puede pasar. Lo más probable es que nos detengan. Todos estamos comprometidos con la no violencia, creo que no vamos a dar justificación para que nos ataquen de forma violenta. Hace falta gente con valor para hacer esto. Callar ante esta injusticia es vergonzoso.

P. ¿Qué opina de la insistencia del Gobierno israelí en que esta es una iniciativa de radicales musulmanes y de la extrema izquierda a la que se han unido judíos críticos con las políticas del Ejecutivo israelí?

R. A mí no me ha reclutado nadie. Y por lo que he podido ver, esta es una iniciativa sin dirección política. Los que dirigen la expedición ya han dicho que están abiertos a cualquier inspección de la carga. Lo que llevaremos es ayuda humanitaria, nada que pueda perjudicar a Israel. Si el Gobierno quiere estrangularlos sin acceso a cosas normales, eso sí que es peligroso, no el material escolar.

P. ¿Qué le dice su familia?

R. Mi madre está preocupada. Me dice: '¿Por qué tienes que ir tú?'. Pero no me vale, alguien tiene que ir.

P. ¿Qué opina del asalto a la primera flotilla, en mayo de 2010?

R. La violencia fue desproporcionada. Creo que fue un acto de estupidez por parte de los dirigentes (israelíes), una violencia sin sentido que no ayuda a entender las exigencias legítimas de Israel. Lo que yo hago es bueno a largo plazo para mi gente, para que Israel viva en paz en su entorno.

P. Se fue de israel hace siete años, ¿se ha planteado alguna vez renunciar a su nacionalidad?

R. A veces lo pienso. Pero sigo siendo judía y, aunque renuncie al pasaporte, podría volver a pedirlo en cualquier momento.

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