El PP controlará el 75% de las Diputaciones y 3.823 millones
Los populares dispondrán de recursos cuatro veces mayores que el PSOE
No hay duda: las provincias españolas también son de color azul. Las elecciones del 22-M han dado un vuelco al mapa de los municipios de España y también al de las 38 Diputaciones. El Partido Popular ha obtenido un inmenso botín en las urnas. Si en 2007 el PSOE controlaba 21 Corporaciones y 14 el PP –dos quedaron en manos de ERC con apoyo socialista y una en las de CiU-, el cambio ha sido copernicano. El partido de Mariano Rajoy pasará a dominar 27 frente a siete de los socialistas (Sevilla, Jaén, Huesca, Ciudad Real, Huelva, Badajoz y Lugo). El mapa quedará configurado de esa forma si se cumple la previsión de que el PP en Zaragoza pacte con el Partido Aragonés Regionalista (PAR) y se reedite el bipartito en Lugo. El cuadro lo completa Convergència i Unió (CiU) que, por primera vez en su historia, copa las cuatro provincias catalanas.
El balance tiene una traducción económica demoledora. Las Diputaciones son históricamente un preciado bocado para los partidos políticos por la gran cantidad de recursos que gestionan y el escaso poder fiscalizador que se ejerce sobre ellos. Los entes provinciales administran para este 2011 casi 6.000 millones (en concreto, 5.936), una cantidad equivalente a la que, por ejemplo, costó el AVE Madrid-Barcelona o lo mismo que ha recortado Irlanda para salir de la crisis. Y de esa partida, que de forma desglosada aprobaron las 38 Diputaciones en 2010, el PP gestionará la mayor parte. De esa suma, los populares controlarán 3.823 millones, lo que triplica de largo el capital que gestionará el PSOE: 1072 millones. La magnitud del desastre socialista se confirma con las cifras que manejará CiU que, presentándose solo en Cataluña, administrará 1.041 millones de euros. Por comunidades, el PP gestionará 1.181 millones en Andalucía; 782 en Castilla-León; 760 en Valencia; 385 en Galicia; 358 en Castilla-La Mancha; 318 en Aragón y 246 en Extremadura. El PSOE se deberá limitar a los 656 millones de las tres provincias andaluzas (320 en Sevilla; 196 en Jaén y 140 en Huelva, con permiso de IU; 129 en Badajoz; 117 en Ciudad Real; 92 en Lugo –en coalición- y 78 en Huesca.
De 1.015 diputados posibles, más de la mitad son populares (524) frente a 394 socialistas. Los 103 restantes se los reparten otros partidos. El mapa es, en definitiva, profundamente azul. El PP ha mantenido y reforzado sus mayorías absolutas en las nueve provincias de Castilla-León y en las tres de la Comunidad Valenciana. Pero ha puesto más que una pica en Flandes en otras regiones: en Castilla-La Mancha, piedra de toque de estas elecciones y para muchos un pequeño laboratorio para lo que se avecina en las generales, el PP casi ha arrasado. Manda ahora en todas las provincias menos en Ciudad Real, la única que se ha mantenido fiel a los socialistas.
Pero la gran catástrofe del PSOE se ha vivido en Andalucía: si en 2007 todas las provincias eran rojas, ahora la mayoría son azules: toda la costa andaluza, además de Córdoba, es ahora del PP (Almería, Granada, Málaga y Cádiz). En manos del PSOE solo han quedado Sevilla y Jaén. Y parece que mantendrá Huelva gracias a la abstención de Izquierda Unida: el PSOE obtuvo 1.627 votos más que el PP y aquel partido, tras rechazar los cantos de sirena populares, aceptará que gobierne en minoría la lista más votada.
En otras comunidades la correlación de fuerzas está más equilibrada. En Aragón, el partido de Marcelino Iglesias, el actual secretario de organización del PSOE, ha conservado solo Huesca y ha visto como las provincias de Zaragoza y Teruel pasaban a ser dominadas por el partido de Luisa Fernanda Rudi. En Zaragoza, el PP no tiene mayoría (14 diputados sobre 27) y necesitará pactar con el PAR (Partido Aragonés Regionalista). Una eventual alianza de la izquierda (PSOE, 11; la Chunta, 1, e Izquierda Unida, 1) no le alcanzaría para gobernar.
En Extremadura, el PP ha ganado Cáceres, y Badajoz sigue siendo socialista. Y en Galicia, la mancha azul también se ha extendido: si en 2007 controlaba Ourense y Pontevedra, ahora se ha sumado a la lista A Coruña. Y también Lugo, donde los populares han sacado a los socialistas más de 34.000 votos. Pero la corporación ya fue gobernada en el anterior mandato con un pacto entre socialistas y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), y todo apunta a que el acuerdo se revalidará.
Y en Cataluña, si CiU tenía la obsesión de conquistar por primera vez el Ayuntamiento de Barcelona, también ha logrado el mejor de sus sueños: la Diputación de Barcelona. Es, sin duda, la joya de la corona por la gran cantidad de recursos de que dispone (661 millones de euros de presupuesto en 2010). No por nada se la conoce popularmente como el “comedero”. Hasta ahora, la Diputación de Barcelona había estado en manos de los socialistas y entre sus principales inquilinos ha habido ilustres socialistas del PSC, como Celestino Corbacho, ex ministro de Trabajo, o José Montilla, ex presidente de la Generalitat. Y algo más: CiU se ha quitado la espina y también gobernará en Lleida y Girona, después de que en 2007 fuera desplazada por un pacto entre Esquerra y el PSC. La presidencia recayó en manos republicanas.
En Baleares no existen las Diputaciones provinciales, pero en los Consells Insulares también se ha producido el sorpasso: gobernará el PP en Mallorca, Menorca e Ibiza, y Formentera quedará en manos de una alianza progresista. Y en Canarias los socialistas han vencido en La Gomera, y los populares en Gran Canaria. En el resto de islas ha vencido Coalición Canaria (CC), aunque su hegemonía podía quedar empañada por eventuales negociaciones entre el PSOE y el PP.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.