El partido de Feijóo tiende la mano al BNG en Ourense y Lugo
Los nacionalistas descartan acuerdos con la derecha, aunque tampoco aseguran su apoyo al PSDEg en dos de las grasndes ciudades
El líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Guillerme Vázquez, se pasó toda la campaña electoral proclamando que el voto a los nacionalistas serviría “para que el PP no entrase en los Ayuntamientos”. Pero el apoyo electoral al Bloque en las siete principales ciudades gallegas -formaba coalición de gobierno con el PSOE en cinco de ellas- descendió de tal manera que sus candidatos reflexionan ahora sobre la entrega de sus votos a los alcaldes socialistas. Por lo menos en Ourense, donde la izquierda nacionalista quedó con tres de los seis ediles que tenía, y en Vigo bajó de cinco a tres. Los análisis de las asambleas locales de la organización coinciden en considerar que los regidores del PSdeG capitalizaron su trabajo municipal.
La derecha no se ha hecho esperar. Tras dos semanas de mítines deslegitimando el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a los bipartitos progresistas, el PP ha tendido la mano al BNG. Lo ha hecho en Ourense y Lugo -en esta localidad, los socialistas han gobernado en solitario después de que el Bloque apoyase la investidura del alcalde-. “Estamos abiertos a sentarnos con todo el mundo”, declaró el lucense Jaime Castiñeira.
Los nacionalistas orensanos aseguran que “bajo ningún concepto” formarán un bipartito con la derecha. Pero tampoco descartaron votarse a sí mismos en vez de respaldar al PSOE, que presentará a la reelección al alcalde, Francisco Rodríguez, al sillón de mando.
Desde 1995, el nacionalismo de izquierdas y los socialistas conforman gobiernos de coalición para impedir que la derecha controle la gestión de los consistorios. Después de la experiencia de pacto en la Xunta, que desalojó a Manuel Fraga y duró una legislatura, las relaciones entre los dos partidos se tensaron. En la campaña de las municipales, el líder del PSdeG aseguró que los acuerdos se revisarían “caso por caso”. Mientras, en el Bloque el discurso giró a la izquierda y hacia una oposición total “al PP en Santiago, y al PSOE en Madrid”.
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