El PSOE necesita tiempo

La crisis económica y el desempleo ha pasado una factura muy cara al PSOE, muy superior a las peores previsiones de sus dirigentes. El malestar ciudadano por la crisis y sus consecuencias han pasado por encima de muchos alcaldes y de algunos presidentes socialistas. Un síntoma de ese malestar se anticipaba expresivamente en el movimiento de los indignados. El hecho es que el PSOE no ha logrado su objetivo de movilizar a sus votantes desencantados y ha perdido algunos votos de los que se han beneficiado IU y UPyD.

José Luis Rodríguez Zapatero decidió dar la cara para tratar de frenar la desolación de sus militantes y simpatizantes ante el peor resultado de su historia en unas elecciones municipales y autonómicas. Y lo primero que planteó fue que, en tiempos de desolación, no hay que hacer mudanza.

Esto es, que mantendrá los planes del Gobierno y el partido. Mantendrá la convocatoria de las primarias y no habrá adelanto electoral, anticipándose a la petición que el PP reiterará en los próximos días y semanas.

La estrategia de Rajoy de no comprometerse y que la crisis económica fuera devastadora para el PSOE le ha funcionado

Zapatero tiene, al menos, dos razones para evitar el adelanto electoral. Una objetiva, a la que ayer aludió: que aún quedan pendientes de aprobar algunas reformas contra la crisis y que el país no puede permitirse el lujo, en esas condiciones, de abrir un paréntesis para unas elecciones. Y otra a la que no aludió: el PSOE necesita separar lo más posible el resultado aciago de estas elecciones de las próximas generales.

El PSOE necesita también ese tiempo no sólo para elegir el relevo de Zapatero, que lo dirimirán en las próximas elecciones primarias. También lo necesita para repensar su política y un programa renovador para afrontar en mejores condiciones unas elecciones generales que tiene prácticamente imposibles.

El PP ha obtenido un resultado superior, incluso, a unas previsiones que ya le eran favorables, más por la debacle del PSOE que por su avance. La estrategia de Mariano Rajoy de no comprometerse y que la crisis económica hiciera su trabajo devastador contra el PSOE le ha funcionado. Ahora está muy cerca de gobernar en marzo del año próximo. Probablemente trate de seguir la misma estrategia y eluda los pronunciamientos concretos frente a la crisis, ante las elecciones generales.

Además de la gran victoria del PP y la derrota espectacular del PSOE, hay que resaltar la sorprendente irrupción de Bildu en el País Vasco, donde se ha convertido en la primera fuerza en Guipùzcoa y lasegunda en Vizcaya, por encima de todas las previsiones. La importancia de la victoria de Bildu radica en que facilita el final de ETA.

El 22-M fortalece aún más a los pragmáticos de la izquierda abertzale frente a una ETA muy debilitada. A su vez, complica mucho la formación de gobiernos municipales y forales y predice un futuro muy oscuro al Gobierno de Patxi López.