El PP balear regala 10.000 menús

Son meriendas de cuchillo y tenedor y banquetes como los de boda popular o día de fiesta. Pocas veces solo cae una bolsa de picnic de bocata y botellín de agua, como a los 3.000 seguidores movilizados en 60 autobuses desde toda Mallorca para el mitin en Palma de Mariano Rajoy, el día 16. En campaña predominan los almuerzos rústicos, embutidos del país y ensaimada y, sobre todo, el plato rey es la ración de lechona al horno (porcella, versión insular del cochinillo asado), casi religioso para los días de celebración familiar.

El PP de Baleares ha servido más de 10.000 menús electorales a mesa y mantel para otros tantos posibles votantes que han sido agasajados por los candidatos insulares, locales y autonómicos. Algún comensal confesó haber repetido en tres mítines con ese plus. La capacidad económica y de movilización del aparato de la derecha es evidente en Baleares, donde quiere recuperar el poder en todas las islas e instituciones.

"He comido con miles y miles de personas. No engordo ni estoy a régimen", dice el candidato al Gobierno balear, José Ramón Bauzá, que este jueves programó en Menorca una comida con empresarios en el puerto Ciutadella, a media tarde un aperitivo con los caballistas y, finalmente, una cena con cazadores en Es Mercadal. [El PSOE da una cena con la ministro Rosa Aguilar en el hipódromo de Palma, escenario abarrotado por tres veces por sus adversarios].

En un día, Bauzá programó una comida con empresarios, un aperitivo con caballistas y una cena con cazadores

El PP mima a aficionados a la caza, pescadores, caballistas, agricultores y propietarios de fincas y, de manera muy especial, a los de clubes de la tercera edad. Ajenos a la dietas los jubilados (gent gran) han sido mayoría entre los movilizados, en más de 300 viajes de autobuses desde todos los pueblos, hasta los puntos de encuentro gastronómico político. Han sido necesarios tres banquetes distintos, de 1.300 comensales cada vez en el hipódromo palmesano, y dos idénticos en un complejo de Algaida, donde además han sido invitados otras dos veces mayores de la capital y los pueblos.

Más de mil seguidores se reunieron en almuerzos y meriendas en Santa Margalida, Felanitx, Inca... La campaña gastronómica se ha repetido casi todos los pueblos y núcleos de las islas. En invierno José Ramón Bauzá asistió a tres matanzas del cerdo multitudinarias y varias fogatas populares. 

Es una estrategia clásica del PP desde hace décadas y en menor medida y, con menos audiencia, del PSOE. Unió Mallorquina (UM), el partido ya extinto por los escándalos de corrupción que lideró Maria Antònia Munar, trabajó en la mesa y con ayudas –también con maniobras bajo sospecha judicial- el voto de sectores muy concretos. Sin UM en el mapa electoral y con su sustituto Convergència de Josep Melià que no cotiza en los sondeos, el PP de Bauzá trabaja los núcleos en los que se alimentó electoralmente la minoría bisagra. 

Las reuniones efectuadas con colectivos de pescadores de cada una de las islas aluden a 22.000 titulares de licencias, y los cazadores con cartilla son 50.000. El PP imparte doctrina liberalizadora frente al proteccionismo de los equipos socialistas nacionalistas ecologistas, actualmente en el poder.