"Entiendo que los de izquierdas estén enfadados, pero han de votar"
El alcalde de Barcelona se presenta a la reelección con un resultado incierto Pide movilización a sus votantes
La cita es en la Rambla del Raval, el martes 10, antes de las nueve de la mañana. Los servicios de limpieza acaban de regar. Apenas hay gente, cerca de la calle de Robador una o dos prostitutas madrugadoras, sin clientes a la vista, al pie de edificios con pancartas que rezan: "Queremos un barrio digno". Ciutat Vella -junto con la Diagonal- ha sido una de las asignaturas más convulsas para el alcalde, Jordi Hereu. El abandono de la edil Itziar González, la trama de corrupción con funcionarios implicados por la concesión de licencias de apartamentos turísticos, el escándalo del hotel del Palu de la Música...
"Lo importante es que los responsables están ante la justicia y los llevamos Itziar y yo. Lo que hicimos fue acabar con eso. No ha sido tan crítico, el plan de usos para frenar los apartamentos turísticos y el microurbanismo fue una gran obra de Itziar y se está aplicando", explica.
Al pasar junto a una bodega de Sant Pau le saluda la propietaria. Es una de las que resisten -de la asociación de comerciantes- y no bajan la persiana. "Espero que esto [el edificio de la Filmoteca, en obras] se acabe del todo. Será una pieza muy importante para el barrio", resume. Como también lo es la Ley de Barrios y la rehabilitación de los edificios y del espacio público: "Es aquí donde se ganará o perderá la batalla".
¿Y la presión del turismo? "Hay que repartirlo mejor por toda la ciudad", contesta. ¿Y la seguridad? "Hemos dotado la ciudad con 1.000 guardias urbanos más y no comparto la visión de la ciudad negra", contesta.
Hace cuatro años, en la campaña de las municipales, los dirigentes del PSC participaban y apoyaban a Hereu, se dejaban ver. En esta, las siglas del PSC están escondidas. "Yo soy candidato porque así lo decidieron los militantes de Barcelona. Con la dirección he tenido discrepancias que se han resuelto", zanja. ¿Y las primarias? "Asunto cerrado", dice mientras da la mano a un hombre que se le acerca antes de llegar a La Rambla.
Retoma la conversación: "No escondemos al partido. Pero es que cada ciudad es un combate distinto. Cada alcalde defiende su estrategia, su equipo y su programa. Esto no son unas elecciones generales ni son una segunda fase de las autonómicas. Se trata de poner las ciudades por encima de todo y defendemos nuestros activos".
Hereu insiste en que ahora hay que contraponer modelos, ideas, y en que no todos son iguales. Xavier Trias (CiU), favorito en todas las encuestas, dice que es hora del cambio después de 32 años. El alcaldable socialista se presenta, precisamente, como el candidato para preservar la Barcelona de valores progresistas, de la cohesión de los barrios, frente a una alianza de centro derecha de CiU y el PP.
"Por ejemplo, con ellos la estación de la Sagrera no se habría hecho y conmigo está en marcha. Creo en el desarrollo de esa parte de la ciudad y por eso defendí el túnel del AVE por el centro de la ciudad. Trias no quería eso", apunta.
Hereu defiende el impulso desde el sector público. "En momentos de crisis, más política social. Nosotros lo hemos hecho: 43 guarderías en muchos barrios que no interesan a la iniciativa concertada, la de CiU", dice. Ya en La Rambla, Hereu es parado por una pareja. Ella quiere una foto con el alcalde. Un camarero de una de las terrazas le desea suerte.
Las baldosas resquebrajadas evidencian que al paseo le hace falta buen repaso. "Hay que hacer muchas cosas aquí, la más importante ganar espacio para las personas en las aceras y sacar coches", comenta. Llevan años diciéndolo, pero no lo hacen. "Todo tiene su tiempo, hay que crear las condiciones", replica.
Le preocupa la participación del 22-M y, sobre todo, la movilización del elector socialista. "Entiendo que la gente de izquierdas esté desengañada, incluso a los que están enfadados con nosotros, pero la otra opción es un gobierno de centro derecha, de recortes y desigualdades sociales". El paseo acaba en la Barcelona de postal, la de Colón y el mar, y de turistas madrugadores con el mapa abierto.
Compañera de cartel
En uno de los carteles del PSC para la alcaldía de Barcelona que están en las calles de la ciudad, aparece Jordi Hereu con su mujer, Belén Cosín. Y también, junto con sus dos hijos, en varios momentos del vídeo de la campaña que se suele proyectar en el arranque los mítines del candidato socialista.
Ella no participó prácticamente en ningún acto de la campaña de 2007 y su imagen no estaba en las banderolas. "Queremos expresar que detrás de un político está la persona y que codo a codo con él está su mujer, que también se implica en el combate. Ella lo decidió en las primarias y ha seguido ahora", argumenta.
Y si su mujer ha decidido dar un paso al frente, a quien no se ha visto ni un solo día en campaña ha sido a Montserrat Tura, que se presentó como candidata a las primarias en Barcelona.
De hecho, Tura ha realizado un periplo por varias ciudades del interior de Cataluña, de lo que da fe su actividad en Twitter.
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