Zapatero lanza el PSOE del futuro
La nueva dirección junta afines de Zapatero y Blanco con representantes autonómicos
Manos libres y casi un cheque en blanco ha recibido José Luis Rodríguez Zapatero en el 37 congreso del PSOE que ayer clausuró con el mensaje de que su nuevo equipo representa el futuro del partido. Y si a él el sábado le votó el 98,5% de los delegados, en la mañana del domingo, el 98,8% dijo sí a la nueva ejecutiva, que combina jóvenes y veteranos dirigentes socialistas procedentes de la Administración central, del Parlamento y de las comunidades autónomas.
Entre los 32 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, hay cantera para futuros Gobiernos de Zapatero, candidatos a presidencias de comunidades y para ocupar las principales áreas de responsabilidad del partido, señalan en el entorno de Zapatero. Si en el Gobierno dio la señal de cambio poniendo al frente del Ministerio de Defensa a Carme Chacón, que sigue en la ejecutiva, en el partido lo ha hecho con Leire Pajín, además de reforzar aún más los poderes de José Blanco, su más estrecho colaborador, al retomar la figura del vicesecretario general.
El entorno del líder precisa que para Zapatero la renovación casi permanente que pretende en su partido no se basa sólo en criterios generacionales. "La misma edad [31 años] que tiene Leire Pajín tenía Felipe González cuando fue elegido por primera vez secretario general del PSOE", recordó Zapatero, mientras González, que recibió ayer un baño de afecto del secretario general y, sobre todo, de los delegados, asentía.
Javier Solana, Alto Representante de la UE, sentado en primera fila, abrazó y fue abrazado por los nuevos dirigentes socialistas. Alfonso Guerra, ex vicesecretario general, tuvo el reconocimiento del congreso y, otro veterano, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, fue ovacionado tras el agradecimiento que Zapatero le mostró por su trayectoria, después de que días atrás manifestara resquemor ante la posibilidad de que este nuevo PSOE prescindiera de los maduros y se dedicara a poner "bebés" en la dirección. El PSOE le ha situado como número uno de la lista al comité federal.
Como todo congreso del PSOE que se precie, de madrugada hubo baile de nombres y entradas y salidas. De Andalucía procede la nueva responsable de Política Institucional y Autonómica, María del Mar Moreno, a quien Zapatero coloca en la cúspide de su valoración política. También Javier Barrero, que entra por primera vez en la ejecutiva, y José Andrés Torres Mora, que repite, pero al frente de Cultura.
De la poderosa organización andaluza, que coloca a Cándida Martínez en Educación, surgió un problema de madrugada por la elección de la responsable de Políticas de Igualdad, la cardióloga Soledad Cabezón, alcaldesa de Albaida del Aljarafe (Sevilla), ya que hubo presión para que fuera Elia Maldonado. Muchos testigos presenciaron la discusión entre la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que se hacía eco del sector favorable a Maldonado. Lo paró Chaves, que sentenció que Cabezón era la elegida.
Octavio Granado, de 50 años, se hace con Economía, y la bioquímica María González, de 29, inaugura la secretaría de Innovación. El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, se fue más que contento al ver en la ejecutiva a dos paisanos: Eva Almunia (Conciliación Laboral) y Pilar Alegría. Sigue Inmaculada Rodríguez-Piñero, de Valencia, en ordenación del territorio y la máxima novedad es la médica dominicana Bernarda Jiménez (Integración).
El PSC lleva a Chacón y a Miquel Iceta a la ejecutiva de su partido hermano. José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha entra en la ejecutiva como coordinador del Consejo Político Territorial, para lo que se han cambiado expresamente los estatutos del partido y con él, la vicepresidenta de su Gobierno, María Luisa Araujo. De Asturias llega el responsable de Medio Ambiente, Alfonso Morán. El veterano Álvaro Cuesta repite en el área de Libertades, aunque durante unas horas no formó parte de la ejecutiva al ofrecerle Zapatero la secretaría de Estado de Justicia.
Elena Valenciano sigue en el área Internacional y Soledad Pérez Domínguez entró desde primera hora a la secretaría de Bienestar Social. Tampoco tuvo más problemas el secretario general de Madrid, Tomás Gómez, para incluir a Maru Menéndez, aunque hace suyos a la propia Valenciano, al responsable de Política Municipal, Antonio Hernando, y al secretario de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, por ser militantes madrileños.
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