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Tribuna
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Cobra o víbora: ¿qué serpiente me ha mordido?

El uso de la inteligencia artificial para identificar reptiles mejora la respuesta al envenenamiento por picaduras en Sudán del Sur

Paciente mordedura de serpiente
Una enfermera de Médicos Sin Fronteras administra un antídoto a un joven mordido por una serpiente, en el hospital de Ameth-Bek (Sudán del Sur).Christina Simons

El envenenamiento por mordedura de serpiente es un problema sanitario mundial. Cada año, más de cinco millones de personas son mordidas por serpientes; de ellas, dos millones sufren efectos graves, y entre 81.000 y 138.000 mueren a consecuencia de estas, según la Organización Mundial de la Salud. El veneno de serpiente puede causar inflamación cutánea, destrucción muscular, shock hemorrágicos o parálisis de los músculos respiratorios.

El envenenamiento por mordedura de serpiente está clasificado como enfermedad tropical desatendida (ETD) y afecta principalmente a personas de zonas remotas, inundadas o en conflicto de países de ingresos bajos y medios. La mayoría de las víctimas —niños, habitantes y trabajadores agrícolas de zonas rurales de países de renta baja y media— suelen ser los más pobres entre los pobres. Es una enfermedad, en definitiva, de gente descalza.

No se trata de una enfermedad que pueda viajar rápidamente a los países más desarrollados, aunque es probable que el cambio climático provoque la migración a gran escala de especies de serpientes venenosas hacia nuevas regiones y países no preparados.

La mayoría de las víctimas —niños, habitantes y trabajadores agrícolas de zonas rurales de países de renta baja y media— suelen ser los más pobres entre los pobres. Es una enfermedad, en definitiva, de gente descalza

En consecuencia, hasta ahora, no ha sido un mercado lucrativo para las grandes empresas farmacéuticas, ni ocupa un lugar preponderante en la agenda de salud pública, ni en el ámbito nacional ni internacional de los responsables políticos, a pesar de los millones de personas afectadas. De hecho, no se ha dado prioridad a la investigación de antivenenos eficaces, polivalentes, menos complejos, más seguros y asequibles.

Recuerdo una época en la que utilizábamos álbumes de fotos para identificar serpientes en los hospitales de Médicos Sin Fronteras (MSF). El personal médico hojeaba con el paciente las fotos para averiguar qué serpiente le había mordido. Fui testigo directo de ello en Sudán del Sur y otros países mientras trabajaba allí como médico referente para envenenamiento ofídico (mordedura de serpientes que poseen sustancias tóxicas que lesionan los tejidos) y otras enfermedades tropicales desatendidas.

Hoy, expertos han creado una base de datos de identificación de serpientes con cientos de miles de fotos de serpientes de distintos países, utilizando inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático. Hemos empezado a aplicar este innovador enfoque de forma experimental en dos hospitales apoyados por MSF en Twic y Abyei (Sudán del Sur).

Estamos mejorando nuestra base de datos de serpientes junto con la Unidad One Health [Una sola salud] de la Universidad de Ginebra y el apoyo de los equipos de MSF sobre el terreno en Sudán del Sur y de los departamentos médico y de innovación de la asociación en Suiza. Juntos estamos desarrollando una aplicación para teléfonos móviles con software que utiliza la IA para ayudar a identificar especies de serpientes sobre el terreno, distinguiendo entre serpientes venenosas e inofensivas. Este software puede recomendar la mejor acción para una persona mordida por una serpiente antes de que llegue al hospital.

Para que la IA identifique una serpiente concreta, necesitamos una fotografía del animal (...). Esta se analiza con ‘software’ que la compara con miles de imágenes para identificar la serpiente o añadirla como una nueva entrada con coordenadas GPS

Actualmente, estamos trabajando en la recopilación de fotografías de calidad para introducirlas en este programa informático. Sudán del Sur es uno de los países con menor número de estudios ecológicos sobre serpientes y, al mismo tiempo, el país que presenta las tasas más altas de ingresos por mordeduras de serpiente en los hospitales de MSF, especialmente de mayo a octubre a causa de las lluvias e inundaciones. MSF ha tratado a más de 500 pacientes de mordeduras de serpiente en tan solo dos hospitales en menos de un año. La temporada de lluvias, que se prolonga durante cuatro meses, provoca en esta zona del país situada en la cuenca del Nilo inundaciones que hacen salir a las serpientes de sus madrigueras. Solo en el condado de Twic, mis compañeros atendían en la estación lluviosa entre 20 y 25 pacientes por mordedura de serpiente a la semana.

Para que la IA identifique una serpiente concreta, necesitamos una fotografía del animal, bien cuando aún está vivo (tomando todas las precauciones, con material de protección, a una distancia de más de dos metros y empleando el zum en la cámara) o bien, cuando ha muerto (aun así hay que seguir teniendo mucho cuidado ya que aún podría morder). Si alguien ha sido mordido, la víctima de la mordedura o alguien cercano puede también intentar tomar una foto de la serpiente después de que se produzca el ataque, pero esto debe hacerse con extrema precaución. Si no fue posible tomar una foto en el momento de la mordedura, nuestro personal puede volver al lugar donde se ha producido para tomar una instantánea de la serpiente, siempre con la mayor de las precauciones.

Una vez que tenemos una foto, esta se analiza con software que la compara con miles de imágenes para identificar la serpiente o añadirla como una nueva entrada con coordenadas GPS.

Los primeros resultados son prometedores: a veces, la IA identifica las serpientes incluso mejor que los expertos. Por ejemplo, puede diferenciar entre especies venenosas como la víbora sopladora, la cobra egipcia o la mamba negra y otras inofensivas como varias culebras africanas, pero algunas se “camuflan” en serpiente peligrosas imitando cobras o víboras muy parecidas.

En Médicos Sin Fronteras tratamos cada año a más de 7.000 pacientes de mordedura de serpiente. Conocer al menos el género de la serpiente es fundamental a la hora de seleccionar el antídoto

Con fotos de mejor calidad, financiación y más investigación, esta aplicación podría ayudar a los pacientes en tiempo real, desde la identificación de la serpiente hasta la elección del antídoto adecuado.

En MSF tratamos cada año a más de 7.000 pacientes de mordedura de serpiente. Conocer al menos el género de la serpiente es fundamental a la hora de seleccionar el antídoto a administrar para prevenir la muerte y la discapacidad.

Si el paciente ha sido mordido pero aún no muestra signos de reacción, tratamos la herida y lo vigilamos atentamente durante 24 horas. Solo en la mitad de las mordeduras de serpiente se inyecta veneno y el antiveneno cuesta unos 90 a 180 dólares por dosis (entre 83 y 166 euros). En un hospital como Mayen Abun (en el condado de Twic), 90 dólares es una cantidad enorme, y la ubicación remota significa que el equipo tiene que juzgar cuidadosamente el uso de todos los medicamentos para asegurarse de que no se nos acaben. Tenemos que asegurarnos de que todos los pacientes que reciben una dosis de antídoto realmente la necesitan porque, en otro orden de cosas, los sueros antiofídicos pueden tener efectos secundarios adversos.

Sigue siendo necesario investigar más. A menudo, los pacientes reciben el tratamiento equivocado porque la serpiente no es identificada correctamente, o se desperdicia el valioso antídoto en mordeduras de serpientes dolorosas unas horas pero no venenosas, productos que también pueden causar graves efectos secundarios (anafilaxia o enfermedad del suero). El antídoto es escaso y extremadamente caro, y puede costar al paciente entre un mes y un año de sueldo.

Esperamos que el empleo de la IA nos ayude a mejorar, tanto a nosotros como al resto de los actores sanitarios en los países más afectados, en el conocimiento de las diferentes especies de este animal y optimizar el empleo de antivenenos.

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