Ocho lugares para defecar cuando no existen retretes

En Bihar, los escorpiones son otra amenaza cuando se defeca al aire libre. Madhuri Devi, estuvo a punto de morir. "Estaba embarazada de cinco meses en ese momento. Mientras defecaba, me picó un escorpión. El dolor era insoportable. Grité y luego me sentí mareada y con náuseas. Recuerdo que me caí al suelo. Mis suegros, que también habían acudido al lugar, me llevaron inmediatamente para que me trataran", recuerda Devi. Incidentes como este se agravan durante la temporada de lluvias, cuando los campos se inundan. Por ello, los aldeanos han creado un 'retrete' en alto mediante una escalera. Unos sacos colgados a los lados intentan darle cierta privacidad.World Vision

Los Sundarbans, en Bangladés, pueden ser un destino vacacional ideal para muchos, pero la vida es diferente para los habitantes de Nehru Pally, un pueblo situado en sus límites. Hogar también del tigre de Bengala, la vida es un reto para quienes residen aquí y comparten su espacio vital con este temible vecino. Lamentablemente, los únicos aseos a los que pueden acceder la mayoría de los habitantes de la zona están situados en el límite de la selva, rodeados de láminas de plástico: “Un día salí para ir al baño y vi pasar a un tigre a poca distancia. Inmediatamente, volví a mi casa y cerré la puerta”, dice Kaushila de 50 años.World Vision

GMC Nagar es un asentamiento de más de 500 familias en los suburbios de Guwahati. La mayoría de los residentes viven en casas de una sola habitación de 50 años de antigüedad y no tienen retretes. Únicamente hay unos cinco aseos en el centro de cada colonia, que se comparten entre 30 personas, de media. No se ha invertido mucho en su mantenimiento. "Juntamos el dinero para limpiar el desagüe cuando se obstruye", dice uno de los residentes. Los aseos también suponen un gran peligro para las mujeres y las niñas, durante las noches. "No hay pestillos adecuados en el baño y por eso no podemos ir solas al baño. Una de nosotras tiene que sujetar la puerta", dice Nisha, una niña de 13 años.Daniel Mung (World Vision)

Toda una comunidad de la aldea de Keronda (Uttar Pradesh), recorre cada día este camino para acceder al único espacio aislado que tienen para defecar. Por muy tranquilo que parezca, el lugar está infestado de cobras cuya picadura es mortal. "Perdí a mi marido por la mordedura de una cobra hace cuatro años mientras se dirigía al baño por la noche", dice Ladkuwar.World Vision (Annila Harris)

Frecuentadas por las inundaciones, las comunidades que viven en Dhemaji han aprendido a adaptarse a sus circunstancias. Cuando todo se inunda utilizan los troncos de los plátanos como balsa. "Durante las inundaciones no hay espacio que pueda utilizar para defecar. No puedo hacerlo en casa porque el hedor sería insoportable y, lo que es más importante, provocaría enfermedades", dice Anjuli. "La única opción disponible es remar con la balsa de plátanos hasta aguas abiertas y encontrar un lugar apartado y defecar sobre el costado de la balsa".World Vision

Rajasthan. "Tengo que levantarme antes del amanecer para ir al baño y llevar a uno de mis nietos para que cargue el agua", dice Antri Devi, de 70 años. Las personas con discapacidades son las que más sufren por la falta de aseos o de acceso a ellos y no tienen más remedio que depender de otros cuando tienen que ir.Daniel Mung (World Vision)

Bombay. "En una de las áreas del distrito de Dharavi hay unos 43 aseos para 30.000 personas. Durante las emergencias, los hombres y los niños pequeños frecuentan el vertedero que hay al otro lado de la calle por comodidad, pero está lleno de mosquitos, perros callejeros y ratas", dice el joven Kavita. Como es peligroso que las adolescentes vayan a los baños al anochecer y la defecación al aire libre supone un alto riesgo, a veces lo hacen en una bolsa de plástico y se deshacen de ella más tarde.Daniel Mung (World Vision)

Bengal Occidental. Situados a pocos metros del suelo, estos aseos improvisados de Netaji Pally cuelgan precariamente de pilotes de madera destinados a mantener a los usuarios secos durante la marea alta y alejados del barro durante la marea baja. Aún más peligrosos son los estrechos tablones de madera que se utilizan para acceder a estos retretes, como narra Prasanjit, de 11 años: "Una noche iba al baño y tenía una pequeña linterna para iluminar el camino. La marea ya estaba alta y mientras caminaba hacia el retrete el tablón se rompió y me caí de cabeza al agua".World Vision