Con el aumento de las temperaturas y la falta de refugios climáticos accesibles, las clases trabajadoras recurren a soluciones sencillas y efectivas. En la costa mediterránea española, los toldos se multiplican en las fachadas de los grandes edificios frente al mar, convertidos en una defensa cotidiana frente al calor
En la costa mediterránea, los toldos verdes cubren terrazas y balcones como un paisaje habitual del verano.Xavier AmadoLa combinación de lona y vegetación resume una adaptación sencilla al calor: sombra natural y sombra fabricada.Xavier AmadoLos colores no solo protegen del sol, también definen la identidad visual de los edificios frente al mar.Xavier AmadoEl tejido tensado sobre las fachadas convive con la vegetación urbana, configurando un paisaje común en las zonas costeras.Xavier AmadoLa repetición de los tonos y las formas convierte a los toldos en una extensión del entorno arquitectónico mediterráneo.Xavier AmadoEntre lonas, reflejos y balcones, la mirada encuentra el ritmo cotidiano de una ciudad que se defiende del calor.Xavier Amado