Jugadoras para la leyenda
La Selección Femenina de Fútbol demuestra una fortaleza que permite hablar ya de una generación de deportistas única
Con dos goles ante Francia, la Selección Nacional de Fútbol se proclamó este miércoles como la primera campeona de la recién creada Liga de Naciones femenina. Es difícil tomar perspectiva de un logro como este cuando las futbolistas nos han acostumbrado a la victoria. Este ya es el combinado con cuyo ejemplo se van a medir todos en el futuro próximo. Con este segundo título seguido, la selección absoluta se coloca en la trayectoria de ser un equipo de leyenda.
No se puede valorar la victoria sin la perspectiva del camino recorrido por estas deportistas en apenas dos años. En septiembre de 2022, estalló en público el descontento mayoritario en el equipo con el seleccionador de entonces. Se encontraron con una respuesta prepotente y despreocupada de un establishment compuesto por hombres. Las tensiones quedaron apartadas, no resueltas, ante el objetivo común de competir al máximo nivel en el Mundial de Australia. Con la victoria en la final de Sídney, el 20 de agosto de 2023, las jugadoras reclamaron para siempre su derecho a un espacio en la conversación deportiva nacional.
Nunca más serán ignorados los problemas y los éxitos de este deporte. Aun así, tuvieron que ver su éxito enfangado por un hombre haciendo gestos obscenos con los genitales en el palco y, finalmente, apropiándose del triunfo con un beso no consentido a Jenni Hermoso durante la celebración. Semejante símbolo de machismo provocó una nueva rebelión que, esta vez sí, acabó con todo un sistema de trato condescendiente y paternalista representado por el presidente de la Federación, el seleccionador y otros cargos federativos.
Seis meses después, bajo la dirección de Montse Tomé, el talento de la Selección sigue intacto: un fútbol ágil, vistoso y agresivo, basado en la posesión y la precisión, reconocido por los rivales a los que han ido dejando por el camino. El entrenador de Francia aseguró el miércoles que el equipo campeón le recordaba a la España de Iniesta y Xavi, a los que sufrió cuando vestía de corto. Estos días, las protagonistas reciben reconocimientos impensables cuando comenzaron sus carreras y España no conocía los nombres de Bonmatí —último Balón de Oro—, Hermoso, Carmona o Paralluelo. Como era impensable jugar una final ante 32.000 espectadores en Sevilla.
El siguiente objetivo son los Juegos Olímpicos de este verano en París, donde España nunca ha competido y, sin embargo, ahora se presenta como favorita, una presión tan deseada como merecida. Ese estatus lo han logrado las jugadoras solas, nadie más, superando condicionantes ajenos al juego y una montaña de prejuicios que sus colegas masculinos nunca han conocido. Finalmente, han logrado el derecho a dedicarse solo a jugar al fútbol y a ser las únicas dueñas de sus éxitos.
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