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Jugar en clave nacional, votar en clave autonómica

Pese a que los populares han centrado muchos de sus esfuerzos en criticar al Gobierno de Sánchez, los castellano-leoneses parecen estar sobre todo preocupados por los problemas de su comunidad

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto con el candidato del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca.Foto: J.CASARES (EFE) | Vídeo: CARLOS DE VEGA / EDUARDO ORTIZ / SAÚL RUIZ

Las elecciones castellano-leonesas están despertando un interés inusual. Desde luego, las condiciones de su celebración son especiales. Es la primera vez que se disuelven anticipadamente las Cortes de Castilla y León y por tanto las elecciones autonómicas tendrán lugar en solitario, sin coincidir con las de otras comunidades ni con las municipales. Añádase a esto que son unas elecciones realizadas todavía en el ambiente un tanto anómalo de la pandemia.

La votación del próximo día 13 está produciendo más ruido del que es habitual en elecciones autonómicas: el PP las ha convocado con claros fines nacionales. El propósito consiste en dar un empujón, quizá definitivo, a Pablo Casado para que llegue a La Moncloa, aprovechando los resultados excelentes de la derecha en la Comunidad de Madrid en mayo de 2021 y creando un clima adecuado para que el ciclo electoral continúe en Andalucía. Por lo demás, resultará inevitable interpretar los resultados de estas elecciones desde una óptica nacional, como un termómetro de la popularidad del Gobierno presidido por Pedro Sánchez.

La encuesta de 40dB. da ganador al PP en votos (por poco más de un punto) y en escaños. Sin embargo, el escenario tras las elecciones podría no ser muy halagüeño para una Junta que se empeñó en el adelanto electoral. Primero, de confirmarse el pronóstico del estudio, los populares no tendrían mayoría suficiente para gobernar en solitario. Con Ciudadanos hundido, el nuevo Gobierno de Castilla y León dependería de Vox, que mejoraría considerablemente sus resultados. Un Vox crecido es probable que reclame una presencia proporcional en el Gobierno de la Junta. Pero, si sucede así, el PP se encontrará en una posición delicada y es probable que la jugada pueda terminar causando unos costes de imagen mayores que el beneficio de desgastar a Sánchez.

Segundo, preguntados por su coalición favorita en caso de que ningún partido pueda gobernar en solitario, las respuestas de los entrevistados están muy divididas. El 16% señala al PP con Vox, el porcentaje de respuesta más alto. Curiosamente, los castellano-leoneses apoyan en menor medida un Gobierno del PP con Ciudadanos y Vox o uno en coalición con los partidos de España Vaciada. Los datos de la encuesta, a los que cualquiera puede tener acceso, muestran que los votantes de algunas de las candidaturas de España Vaciada (y de Unión del Pueblo Leonés) prefieren gobernar con el PSOE que con el PP. Se acentúa, por tanto, el aislamiento del Partido Popular, que sólo tiene a Vox como interlocutor político. En estos años de multipartidismo, las elecciones de Castilla y León ponen al PP ante el espejo de su propia soledad: incluso si los escaños de los partidos pequeños sumasen para darle la mayoría, las preferencias de los votantes de la España vaciada pueden condicionar la política de alianzas. Si se diese el caso de una victoria socialista, el apoyo de estas fuerzas políticas podría ser la clave de la alternancia en Castilla y León tras 35 años de gobiernos del PP.

Finalmente, pese a que en estas elecciones los populares han centrado muchos de sus esfuerzos en criticar al Gobierno de Sánchez, los castellano-leoneses parecen estar sobre todo preocupados por los problemas de su comunidad. De golpe, en casi tres años, la España vaciada se ha convertido en una de las grandes preocupaciones en Castilla y León, casi tan importante como la economía, el paro o la calidad de los servicios públicos, y por encima de las desigualdades sociales o los retos de la digitalización. En una autonomía ideológicamente de centro, en la que algo más de un tercio querría un Estado central sin autonomías y en la que, a la vez, casi un 20% aboga por la separación de León frente a Castilla, la cuestión de la España vaciada, un asunto marcadamente social, podría eclipsar la tensión nacionalista, que tanto ha beneficiado al PP en otros comicios, entre ellos en los de Madrid, en perjuicio de los partidos progresistas. Estas son unas elecciones diseñadas en clave nacional y, quizás, votadas en clave puramente autonómica.

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