Despoblación rural
Los lectores opinan sobre la falta de servicios en los pueblos, la necesidad de un transporte ferroviario de calidad, el sinsentido de algunos protocolos por la covid y el consumo de azúcar durante las fiestas navideñas
Cuando vives en un pueblo ves cómo se agotan las cosas de la compra y tienes que esperar a que lleguen los comerciantes en sus furgonetas tocando a las puertas; si no, hay que desplazarse al pueblo más grande donde hay tienda, eso si tienes suerte y tienes coche, porque de los transportes ni hablemos, pasa un autobús a las siete de la mañana y se acabó. Cierran los bancos, si enfermas tienes que esperar al día de la semana que va alguien al centro médico para que te atiendan; y sin olvidar que hace ya años que cerraron colegios y bibliotecas, teniendo que llevar a niños tan pequeños a muchos kilómetros de distancia. ¿Hay solución? Muchos contestan que a través de internet se puede trabajar, estudiar y se pueden hacer muchas gestiones sin necesidad de la presencialidad, pero te encuentras sin cobertura, las conexiones a internet son malas, ya que invertir en un pueblo no es muy rentable. Al final, la presión te acaba empujando a irte a una ciudad que tenga las comodidades que se necesitan en la sociedad actual.
Ana Bruna Herraiz. Guadalajara
Por un ferrocarril de calidad
El transporte por ferrocarril es uno de los servicios públicos más afectados por el modelo radial del Estado. La pandemia trajo consigo una reducción de la oferta que ha afectado especialmente a todo lo que no es alta velocidad.
Sin embargo, el levantamiento de las restricciones de movilidad no ha significado la recuperación de servicios que atendían la conexión entre los diferentes territorios. Vemos frecuentemente en las redes sociales fotografías de trenes abarrotados y convoyes con un número inusual vagones. El servicio de transporte por ferrocarril que no es de alta velocidad está caminando a pasos agigantados hacia el tercermundismo.
Ricard Burballa Campabadal. Lleida
Protocolos inhumanos
Sola en una habitación de un gran hospital de Madrid. Sin saber dónde vives, ni cómo te llamas, ni por qué estás en ese lugar. Sin poder comer ni beber de manera autónoma. Perdida sin ninguna certeza. Así ha estado mi abuela durante casi dos días. Con 90 años y un importante deterioro cognitivo, no ha podido estar acompañada por ninguno de sus hijos durante su ingreso en el hospital. Sus hijos tampoco han tenido ninguna información sobre su madre durante estos días. Los protocolos contra la covid han escrito la historia. ¿Tiene sentido?
Manuel Giménez Cerezo. Madrid
Blanca Navidad
Cuando caminas por un supermercado en esta época del año es evidente que la Navidad ha llegado. Polvorones, turrones y un sinfín de dulces inundan estanterías y pasillos enteros. ¿El azúcar hace menos daño por ser Navidad?
Voy a pedir a Papá Noel y a los Reyes Magos un poco de moderación y consciencia para entender que los mismos que hoy nos venden turrones, en enero intentarán seducirnos con productos lights, reducidos en grasa y con muy poquitas calorías. ¿Te suena? Parece un contrasentido que quien en diciembre nos cebó, en enero se atreva a “preocuparse” por nuestra salud y se ponga a hablarnos de perder esos kilos de más. Pero bueno, no pasa nada, al fin y al cabo, como decíamos, Navidad no cuenta, ¿no?
Alejandra González Nieves. Las Palmas de Gran Canaria
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